Técnico del Arsenal dirigió con éxito en la J. League entre 1995 y 1996
A Arsène Wenger le bastaron 18 meses para meterse en la historia del Nagoya Grampus. Cuando el técnico francés llegó a Japón en 1995, el equipo nipón bregaba por salir del fondo de la tabla. Cuando lo dejó, en 1996, tenía un título en sus vitrinas, la Copa del Emperador, y ya peleaba entre los grandes.
Wenger abandonó Nagoya para recalar en el Arsenal inglés, equipo que hasta hoy dirige. 17 años después de su experiencia en Japón, el entrenador francés retornará a Nagoya para dirigir a su actual escuadra, que se enfrentará a su anterior equipo en un partido de preparación para la próxima temporada de la Premier League.
El Nagoya Grampus y el Arsenal jugarán el próximo 22 de julio.
Wenger definió su periodo en Japón como “una experiencia fantástica y muy positiva”. El técnico recordó que el Nagoya, el año anterior a su arribo, había perdido 13 partidos consecutivos. El objetivo del club era sencillo: no perder tantos partidos. Logró mucho más. Tan bien le fue, que lo eligieron como el mejor entrenador del año en 1995.
El francés decidió renunciar al Nagoya Grampus cuando recibió la oferta del Arsenal. Solo un club grande de Europa podía disuadirlo de permanecer en Japón, una etapa de su vida de que la que siempre habla con cariño y gratitud.