Víctima desembolsó aproximadamente 30 millones de yenes
Consumir pornografía le costó muy caro a un anciano en la prefectura de Tochigi, quien fue víctima de una peculiar estafa.
El hombre, cuyo nombre y edad no han sido revelados, recibió un día una carta en la que le decían que los DVD pornográficos que había adquirido eran ilegales, y que si no quería verse implicado en un delito y que el caso se hiciera público tenía que llamar a un número telefónico consignado en la misma carta.
El anciano llamó, y una voz al otro lado de la línea le dijo que las mujeres que participaban en las películas que había comprado estaban “sufriendo” y que si desembolsaba una determinada cantidad de dinero, el asunto quedaba cerrado ahí mismo, según Japan Today.
Intimidado y avergonzado, la víctima pagó cerca de 30 millones de yenes en ocho partes a través de la oficina de correos.
El anciano se contactó con la policía, pero cuando la estafa ya había sido consumada.
Las autoridades de Japón han recomendado a la población (en especial a las personas de la tercera edad, las más vulnerables) que no respondan las cartas o llamadas telefónicas sospechosas.
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