Por la psicóloga Nélida Tanaka*
Consulta: “Ya no sé qué hacer con mi hijo, tiene 8 años, de nuevo ha golpeado a un compañero. La profesora nos llamó y tuvimos que ir a disculparnos con sus padres. Qué vergüenza tener que estar bajando la cabeza siempre! Al principio le hablaba bonito para que comprenda que no debe golpear a otros niños. En el momento me decía que sí pero es lo mismo, La única manera de que aprenda es a golpes, tan solo con la correa escarmienta. Si sigue así tengo miedo que algún día llegue a ser delincuente. Estoy desesperada, lo dejé de pequeño con mi mamá pero lo fui a visitar varias veces antes de traerlo conmigo. El siempre me reclama porque lo dejé en Perú pero qué más podía hacer para ahorrar dinero, no quiero que la gente me critique porque soy madre soltera. Deme un consejo”.
Respuesta: Me imagino lo desesperada que se sentirá frente a los problemas que está enfrentando con su hijo. Este peso es tan grande como para sentirse impotente cuando todo se junta.
Nuestra atención se enfoca en la conducta problemática y en cómo pararla pero muchas veces se nos pasa por alto algo muy importante. ¿Cuáles habrán sido las razones por las que su hijo se vio en la necesidad de golpear a su compañero? Puede que al escuchar sus razones usted comprenda lo que él haya sentido en ese momento. Trate de ponerse en sus pantalones y exprese en palabras los sentimientos que él ha debido vivir en esos momentos. Esto es muy importante, así él aprende a contener lo que siente en palabras, algo que lo ayudará en el futuro a controlar sus impulsos. Al decirle: “habrás tenido tanta rabia que te habrán dado ganas de pegarle”, usted le está diciendo que comprende sus sentimientos y también su intensidad, y le está mostrando cómo contener esos impulsos en palabras. A la par de mostrar que lo entiende usted debe ser firme y consistente al prohibir el uso de los golpes.
El uso del castigo corporal puede que tenga el efecto de parar una conducta no deseada en el momento, sin embargo, puede dar lugar a rencores, a inhibiciones, a acciones escondidas. Además, a la larga, es contraproducente e irónico detener el uso de la fuerza física con la fuerza física. Con acciones uno le está enseñando más bien lo que usted desea evitar.
Por otro lado, si su hijo está siendo hostigado por otros niños, vea si es necesaria su intervención y hable con la profesora sobre esto. En especial ponga atención en lo que su hijo le diga. Si él quiere su ayuda, pregúntele cómo, es muy importante tener tacto para ver cuál sería la manera más efectiva de manejar la situación.
Finalmente, observo el sentimiento de culpa que abriga con respecto a haberlo dejado para venirse a Japón. Él seguramente sabe muy bien las razones, no se sienta en la necesidad de justificarse por lo que hizo, más bien él desea que usted comprenda la tristeza y soledad que ha debido sentir durante el tiempo que ha vivido separado de usted. También el hecho de que su hijo no tenga padre le causa a usted sufrimiento y siente culpa por ello. Sin embargo, lo está cuidando y velando por su bien.
No se torture echándose la culpa por decisiones que tomó en el pasado. La manera en que lo trata y como se preocupa por él son muy importantes porque influyen en la forma como su hijo se ve a sí mismo.
*Psicóloga clínica, contacte con ella llamando al 090-2245-4021 o por correo electrónico: consultas@hotmail.co.jp