Clásico español podría definir quién es el mejor jugador del mundo
Juan José Lahuerta / EFE
El «clásico» número 83 de la Liga BBVA que se disputará en el Camp Nou será algo más que un duelo entre Barcelona y Real Madrid. En juego hay un trofeo individual, el Balón de Oro, que decidirá quién es el mejor jugador del planeta. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Andrés Iniesta e Iker Casillas lucharán por algo más que tres puntos.
Rara vez se puede ver sobre el césped a cuatro candidatos juntos en un mismo partido. Cuando quedan poco más de dos meses para la entrega del galardón (en enero de 2013), cualquier detalle puede ser clave para que el premio se decante de un lado u otro en una de las ediciones más igualadas de los últimos tiempos.
Por eso, el Barcelona-Real Madrid del domingo puede ser el último foco para cada uno de ellos, que con su actuación intentarán que los votantes dudosos puedan decidirse por aquel que llame la atención en un «clásico» con tanto sabor individual como colectivo.
Y es que, con el conjunto blanco a ocho puntos de distancia en la competición, es momento de fijarse en el Balón de Oro. Todos han hecho sus méritos para lograr ganarlo, pero todos tienen a favor y en contra muchos detalles que pueden influir en la decisión final.
Tal vez, el que más tenga que luchar contra la historia sea el portero Iker Casillas. Para encontrar a un guardameta que haya ganado el Balón de Oro hay que remontarse hasta el año 1963, cuando Lev Yashin, del Dinamo de Kiev, logró el trofeo. «La Araña Negra» consiguió 73 puntos y sacó 18 de ventaja a Gianni Rivera, segundo, y 23 al tercero, Jimmy Greaves.
Esa fue la única concesión a un portero. No ha habido más. Durante todo 2012 Casillas ha estado luchando por acabar con esa tradición. Y ha hecho muchos méritos. Para empezar, ha logrado una Liga y una Supercopa de España con el Real Madrid. Después, con la selección, fue decisivo para lograr la Eurocopa de Polonia y Ucrania que se disputó este verano.
Muchos recuerdan todavía la parada que le hizo al croata Ivan Rakitic en el tercer partido de la fase de grupos. Con 0-0, los balcánicos podrían haber dejado fuera a un equipo que estaba atascado ante un sistema defensivo imponente.
En semifinales, en la tanda de penaltis ante Portugal, devolvió la moral al equipo de Vicente Del Bosque deteniendo el lanzamiento de Moutinho. Antes, había fallado Xabi Alonso el primero, por lo que su intervención fue importantísima para que España cogiera de nuevo la confianza necesaria para llegar a la final.
Además, su trayectoria en anteriores citas internacionales marca una carrera llena de éxitos que puede servir para que el trofeo acabe en sus vitrinas. La parada a Robben en la final del Mundial de 2010, la tanda de penaltis contra Italia en la Eurocopa de 2008, su actuación impecable y salvadora en la final de la Liga de Campeones del Real Madrid en 2002… paradas y más paradas que pueden servir para ganar un premio que parece vetado para los porteros.
No se queda atrás Andrés Iniesta, que lamió las mieles del éxito en 2010, cuando quedó segundo clasificado. Como Iker, su trayectoria ayudando a sus equipos, menos visible que la de los «monstruos» individuales Cristiano y Messi, es muy importante para valorar su candidatura.
A favor, sus actuaciones en la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Completó un torneo en el que rayó la perfección y fue coronado como el mejor jugador de toda la competición. Es el símbolo del colectivo llevado a su máxima expresión. Desde el silencio, Iniesta hace lucir al resto. Y eso vale mucho.
En contra, Iniesta tendrá que luchar contra una campaña un poco irregular con el Barcelona. Las lesiones lastraron su progresión y en total participó en 21 partidos de Liga y sumó 37 encuentros en todos los torneos. Con su club, ganó la Copa del Rey, pero perdió la Liga BBVA y fue eliminado en semifinales de la Liga de Campeones.
Por la misma situación pasa Lionel Messi, que además no acaba de arrancar ni de brillar con Argentina, como sí hace Iniesta con España. Tampoco ayudan sus tres Balones de Oro consecutivos: nadie ha logrado la gesta de sumar cuatro y menos uno detrás de otro.
Sin embargo, su actuación individual, sin casi apenas premios colectivos, presenta unos números impresionantes. En el curso 2011/12 marcó 73 goles en los 60 partidos que jugó. Son cifras que lo acreditan, sin duda, como uno de los mejores del mundo.
Pero enfrente tendrá a otro «animal» del área. Cristiano Ronaldo, con el lastre de la Eurocopa (llegó a semifinales), pondrá sobre la mesa sus 60 goles en 55 partidos. A éstos, añadirá su título de Liga y la Supercopa de España. Y sus ganas infinitas por revalidar el Balón de Oro que consiguió en 2008.
Tal vez las cartas ya estén echadas, pero, si hay dudas, el Barcelona-Real Madrid del domingo podría acabar con ellas. Sólo uno de los cuatro puede ganar y el Camp Nou podría ser el juez final.