Línea telefónica del Ministerio de Educación recibe más del doble de llamadas que en junio
La repercusión mediática que ha tenido el suicidio de un niño de 13 años de una escuela de la ciudad de Otsu, en la prefectura de Shiga, que se quitó la vida tras ser víctima del bullying, ha activado una ola de denuncias de acoso escolar en Japón.
Una línea telefónica establecida por el Ministerio de Educación para atender casos de bullying recibió 1.191 llamadas entre el 4 de julio, cuando el suicidio del niño comenzó a tener una amplia cobertura en los medios, y el 16 de julio. Es decir, un promedio aproximado de 92 llamadas diarias. Durante el mismo periodo, en junio, la línea recibió cerca de 40 llamadas por día.
Cuando un niño llama para reportar un caso de hostigamiento escolar, las personas que lo atienden lo escuchan con atención, y luego, si es necesario, comparten la información con la junta local de educación o la escuela del chico, explicó un representante del servicio gubernamental a Mainichi Shimbun.
La ciudad de Nagoya también tiene un servicio que atiende, vía telefónica o correo electrónico, denuncias de bullying. La inmensa mayoría de estudiantes que establecen contacto, cerca del 90 por ciento, lo hacen a través de internet, pues les resulta más fácil expresarse por ese medio.
Por su parte, la organización privada «Ijime kara kodomo o mamoro network», que recibía de dos a tres llamadas al día antes de que el caso de Otsu se hiciera público, ahora recibe alrededor de 10.