Ente emisor, a la espera de los resultados de las elecciones en Grecia
El Banco de Japón (BOJ) decidió hoy mantener los tipos de interés entre el 0 y el 0,1 % y admitió el «nerviosismo» en los mercados financieros globales por el problema de la deuda europea, aunque sin anunciar por el momento nuevas medidas de flexibilización monetaria.
En un comunicado emitido al término de su reunión de dos días, la junta de política monetaria del BOJ señaló que, por el momento, se debe prestar «particular atención» a los acontecimientos en los mercados financieros globales.
En este sentido, señaló que hará «lo posible para asegurar la estabilidad del sistema financiero de Japón», tercera economía mundial.
El emisor nipón evitó modificar, por ahora, su programa de compra de activos, que ya amplió el pasado abril y que está dirigido a inyectar liquidez al sistema, a la espera de las elecciones en Grecia de este fin de semana, que podrían suponer la salida del país de la zona euro.
El resultado de esta reunión del BOJ había sido anticipado por los analistas, que apuntan a que el banco central nipón esperará a evaluar los resultados de los comicios griegos y a la reunión del G20 en México el lunes y martes.
En su comunicado, el BOJ señala que la economía nipona, atenazada por una persistente deflación y golpeada en 2011 por el devastador terremoto y tsunami de marzo, «ha comenzado a recuperarse de forma moderada» en vista de que la demanda interna «permanece firme» gracias, principalmente, a la relacionada con la reconstrucción.
Añade que se espera que Japón vuelva a la senda de «una recuperación moderada» apoyada por esta demanda y también por la salida de economías extranjeras de una fase de desaceleración.
Sin embargo, reconoce que todavía hay «un alto grado de incertidumbre» sobre la economía global, lo que incluye «las perspectivas del problema de deuda europea» y la recuperación de la economía de EEUU, entre otros aspectos.
El BOJ no ha anunciado nuevas medidas de flexibilización monetaria desde que el pasado 27 de abril aprobó ampliar el programa de compra de activos en 5 billones de yenes (unos 50.060 millones de euros) hasta los 70 billones de yenes actuales (700.800 millones de euros) para inyectar más liquidez en el sistema.
Sin embargo, no se descarta que adopte nuevas medidas, incluso en coordinación con otros bancos centrales, en caso de que Grecia salga de la zona euro o en las próximas semanas haya turbulencias excesivas en sus mercados. (EFE)