Vivan juntas estos sentimientos, les ayudará a aceptar la realidad, aconseja la psicóloga Tanaka.
Por la psicóloga Nélida Tanaka*
Consulta: “No sé como tratar a mi nieta de 8 años. Mi hijo regresó a Perú hace 2 meses y no volverá al Japón. Ella siempre se acuerda del tío y pregunta por qué la familia está separada. Su tío un día antes de partir se despidió y le dijo que se iba a trabajar a Perú, que no sabía cuando regresaría. Los días siguientes ella las pasó muy triste y se ponía a llorar. A su profesora de español le dice “qué estarà haciendo mi tío”. Se preocupa como una persona adulta y piensa que la familia no debe estar separada. Lastimosamente su papá no sabe consolarla; le dice “todavía sigues con eso”. Mi hija ya le ha dicho que no es la forma de hablarle a la niña, que ella todavía no asimila eso, A mí me está preocupando todo esto. No me habla nada del tío, pero si me pregunta algo trataré de decirle que él está bien, que está trabajando, que también la extraña, que por motivo de trabajo tuvo que alejarse, pero que igual nos quiere a todos, en especial a ella.”
Respuesta: Cómo duele ver a una niña pequeña sufrir por la ausencia de un ser querido y más cuando se comparte el mismo sentimiento. Los niños en este sentido son más abiertos y sinceros al expresar sus sentimientos. Seguramente su tío supo compartir muchos momentos con su sobrina y la quiere entrañablemente. Qué triste para ella no poderlo ver nuevamente, qué shock saberlo un día antes de su partida, sin tiempo siquiera para reprocharle por qué la dejaba. Ella está llorando su ausencia, está expresando su protesta al decir que la familia no debe estar separada, su reacción es muy sana y normal para que después de vivirlo pueda aceptar y asimilar la realidad de que su tío ya no está cerca y no podrá verlo cada vez que ella quiera.
Ella está viviendo y expresando el proceso del duelo que es una reacción natural frente a la separación de alguien preciado. El duelo se vive no tan solo ante la separación final que es la muerte, sino también frente a diferentes pérdidas, como son la salud, ilusiones, bienes, sueños, etc.
Es necesario atravesar este proceso para poder aceptar la realidad de la ausencia, de la separación. Según Bowlby, hay cuatro fases del duelo, la primera es la “fase del shock”, de intensa desesperación, o de aturdimiento, de negación. La segunda es la “fase de anhelo y búsqueda”, pensando constantemente en la pérdida. La tercera es la “fase de la desorganización y desesperanza” con la vivencia de diferentes emociones, tristeza, llanto, cólera, consternación, pérdida de interés. La cuarta es la “fase de la reorganización”, cuando gradualmente se llega a aceptar la realidad de la ausencia, cuando uno empieza a reorganizar su vida y a asimilar la realidad. Estas fases aparecen alternativamente y no siempre transcurren en orden, hasta que finalmente se llega a la aceptación.
No solo los adultos viven este proceso, también los niños. Acompáñenla en este proceso, será bueno escucharla y aceptar sus sentimientos; no solo por su nieta sino también por usted que está sintiendo el dolor de la separación por la ausencia de su hijo. Será muy alentador para ambas el vivir juntas estos sentimientos, les ayudará a poder aceptar esta realidad. Y seguro, será bueno decirle que a pesar de la ausencia él los quiere a todos, como usted desea hacerlo.
*Psicóloga clínica, contacte con ella llamando al 090-2245-4021 o por correo electrónico : consultas@hotmail.co.jp
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