El mercado laboral japonés da la bienvenida a 800.000 jóvenes recién licenciados

Akio Toyoda, presidente de Toyota, dio la bienvenida a más de 1.200 nuevos empleados

Pertenecer a una empresa prestigiosa es para la mayoría de japoneses un símbolo de orgullo, como en su día lo era el pertenecer a un clan samurái


Akio Toyoda, presidente de Toyota, dio la bienvenida a más de 1.200 nuevos empleados

Javier Picazo Feliú / EFE

Con ceremonias de bienvenida y ataviados con sus mejores trajes, unos 800.000 recién licenciados se incorporaron el lunes en Japón a sus nuevos empleos, en un día que marca el paso de la universidad a uno de los mercados laborales más estables y exigentes del mundo.

En abril comienza en Japón el ejercicio fiscal y con él se incorporan a las empresas aquellos jóvenes que han concluido la carrera a finales de marzo, cuando termina el curso universitario nipón.


Pero la mayoría ya sabe en qué compañía iniciará su trayectoria profesional incluso un año antes de graduarse, cuando comienzan a enviar sus solicitudes, reciben información de la empresa y conciertan sus primeras entrevistas.

Según datos del Ministerio de Trabajo, este año el 80,5 por ciento de los estudiantes universitarios nipones ya habían acordado el contrato para su primer empleo un mes antes de licenciarse, lo que supone un 3,1 por ciento más que en 2011.

El año pasado los recién licenciados nipones cobraron de promedio 202.000 yenes (1.827 euros) al mes, a lo que hay que añadir las dos sustanciosas pagas extras anuales que suelen cobrarse en Japón.


Entre las que ayer firmó su primer contrato está Maiko Okumura, de 23 años, que se licenció el 26 de marzo y comenzó a trabajar con Nakamoto, un bufete de abogados en el centro de Tokio con el que se puso en contacto el año pasado.

«Los estudiantes suelen empezar a buscar trabajo en el tercer año de universidad y casi todos los que conozco han encontrado una empresa. Los que no, es porque han preferido hacer un máster», explica a Efe.


Maiko asegura que realizó unas cinco entrevistas antes de encontrar el trabajo que se adaptaba a sus intereses: «No quería trabajar en una empresa grande, prefería un sitio más abierto en el que pudiera aprender mucho. Estoy muy contenta», señala.

A diferencia de otros países, en Japón casi no se aplica el sistema de becas con el que los recién licenciados comienzan en prácticas sin garantías de permanecer en la empresa, sino que entran directamente como empleados de plantilla.

Desde su entrada el primer día laboral de abril, los «Kaishain», o nuevos empleados, inician un periodo de aprendizaje a cargo del «Senpai» o un tutor, que se encarga de mostrarles el rígido sistema corporativo nipón.

En muchas compañías los primeros meses sirven para realizar cursos destinados a entender la filosofía corporativa y saber, por ejemplo, contestar de manera apropiada al teléfono o entregar correctamente una tarjeta de visita, algo imprescindible en Japón.

El objetivo tanto de los empresarios como de los nuevos empleados es que la relación profesional entre ambos perdure durante toda la vida y ofrezca, a cambio de sacrificio, la posibilidad de crecer hasta convertirse en «Kakarichou» (encargados), «Kachou» (jefes de sección), o incluso en poderosos «Shachou» o presidentes.

Pertenecer a una empresa prestigiosa es para la mayoría de japoneses un símbolo de orgullo, como en su día lo era el pertenecer a un clan samurai, y muchos denominan a los empleados de las compañías de más renombre «guerreros corporativos».

Para resaltar la pertenencia a la empresa, a la hora de presentarse los asalariados japoneses dan primero el nombre de su empresa, a la que luego vinculan el suyo propio.

No obstante este concepto también está cambiando: «Antes la idea era la de entrar en una gran empresa para toda la vida, ahora muchos de mis amigos quieren trabajar unos años y luego hacer otra cosa o montar su propia empresa», detalló Maiko.

En este primer día laboral de abril es común que al grupo de nuevos empleados, o «doki», les lleven en autobús a una ceremonia de bienvenida, en la que son introducidos en la estructura de la empresa y reciben las tradicionales arengas.

«Vamos a trabajar duro, con el espíritu de no darse nunca por vencidos», señalaba Akio Toyoda, presidente del gigante automovilístico Toyota Motor, durante la ceremonia de bienvenida de sus 1.211 nuevos trabajadores.

En Toyota este «bautismo» empresarial contó con la presencia de hasta 300 ejecutivos, incluidos representantes sindicales y de cada una de las divisiones de la empresa.

A pesar de las dificultades económicas por las que ha pasado Japón en 2011, lastrado por el terremoto, tsunami y crisis nuclear de marzo, la apreciación del yen y las inundaciones en Tailandia, el mercado laboral no parece haberse resentido en un día que marca el inicio del año fiscal 2012 nipón.

Japón es uno de los países con menor desempleo del mundo industrializado tras registrar en 2011 una tasa media del 4,5 %, por debajo del 5 % de 2010, según datos oficiales. (EFE)

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