Obras provienen de 40 museos de 8 países
Una gran retrospectiva con cerca de noventa obras del pintor francés Paul Cézanne, realizadas entre París y su Provenza natal, fue inaugurada en Tokio en un recorrido que va desde sus inicios hasta las últimas pinceladas en su estudio de Les Lauves.
Con el título «Cézanne.Paris-Provence», la exposición permanecerá abierta hasta el próximo 11 de junio y cuenta con obras de algunas de las mayores colecciones del pintor, considerado por muchos como «el padre de la pintura moderna», provenientes de 40 museos de 8 países, entre ellos el Museo d’Orsay de París.
A lo largo de seis espacios temáticos, los visitantes pueden admirar en Tokio las primeras pinceladas de Cézanne (1839-1906) en bodegones como «El pan y los huevos» (1865), paisajes o escenas cotidianas como «Jeune fille au piano» (1869).
El recorrido también subraya las obras realizadas en su residencia veraniega Jas de Bouffan, con muestras como sus cuatro enormes lienzos pertenecientes a la serie «Les Quatre Saisons» (1860-61).
A través de las salas del Centro Nacional de Arte de Tokio, un edificio diseñado por el prestigioso arquitecto Kisho Kurokawa, que este año celebra su quinto aniversario, se puede apreciar también la influencia y el contraste que los paisajes del norte y el sur del país tuvieron en la obra del autor.
De este modo, la exposición muestra la evolución de su pincelada en paisajes como «La Maison du pendu» o «Chaumières à Auvers-sur-Oise en hiver», ambas pintadas al norte de París en 1873, con otras como «Mont Sainte-Victorie» (1886-87) o»Grand pin et terres rouges» (1885-87), realizadas en la Provenza.
En la retrospectiva también tiene cabida una sección para sus estudios sobre expresión corporal, presente en obras como «La Tentation de saint Antoine» o «L’Éternel Féminin», ambas pintadas en 1877.
Mención aparte merece su espacio dedicado a los retratos, con ejemplos destacados como el dedicado a su mujer «Madame Cézanne en robe rayée» (1883-85) o su autorretrato de 1875, y el bodegón «Pommes et oranges», de 1899, obra principal de la exposición.
Como culminación a la muestra se puede admirar la última paleta que utilizó el pintor antes de morir y una réplica fidedigna de su estudio en Les Lauves, lugar en el que firmó algunas de sus últimas y más universales obras como «Les Grandes Baigneuses», un trabajo realizado entre 1900 y 1905. (EFE)
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