El sábado asistirá a ceremonia de celebración de la mayoría de edad de su nieta mayor
El emperador de Japón, Akihito, despidió hoy al emir de Kuwait, Sabah al Ahmad al Yaber, apenas tres días después de someterse a un drenaje de líquido acumulado en sus pulmones, producto de la operación coronaria que le fue realizada en febrero.
Akihito, de 78 años, se desplazó junto a la emperatriz Michiko, de 77, hasta el palacio de invitados de Tokio para desear un buen viaje de regreso al mandatario kuwaití, de visita en Japón, en lo que supone su segundo acto oficial fuera del palacio imperial tras superar una intervención de «bypass» el pasado 18 de febrero.
La pareja imperial conversó durante unos 20 minutos con el emir de Kuwait, de 82 años, que mostró su agradecimiento por haber sido recibido como invitado de Estado en Japón y también expresó su deseo de que Japón se recupere pronto, según confirmó a la cadena pública NHK la agencia de la casa imperial.
Akihito agradeció el comentario del jeque y añadió que para lograr la plena recuperación «es importante que el pueblo japonés sea solidario».
Se prevé que mañana el jefe de estado nipón, que se ha sometido a dos extracciones de líquido pleural acumulado en los pulmones tras la operación, visite la residencia de su hijo menor Akishino para acudir a la ceremonia para celebrar la mayoría de edad de su nieta mayor, la princesa Mako.
Por consejo de los médicos el emperador ha intentado reducir sus compromisos oficiales tras la operación, y por eso, aunque el miércoles dio la bienvenida al dirigente kuwaití en el palacio imperial, fue su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, el que presidió la ceremonia y la cena oficial posteriores. (EFE)
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