Mayoría de recursos podría haber sido destinada a las Islas Caimán
La gestora japonesa AIJ Investors, a la que se acusa de perder los fondos de pensiones que manejaba, controlaba en 2011 más de 185.000 millones de yenes (unos 1.700 millones de euros) de programas que cubrían a unas 880.000 personas, informó hoy el Gobierno nipón.
En concreto, los activos correspondían a 84 fondos de pensiones que daban cobertura a 883.349 clientes, de los que 539.650 realizaban pagos y 344.299 los percibían, según detalló el Ministerio de Trabajo y Bienestar.
Los más de 185.000 millones de yenes confiados a AIJ corresponden sin embargo a menos del 10 por ciento del volumen total de estos fondos de pensiones, valorados en total en 1,91 billones de yenes (17.689 millones euros), por lo que ninguno de los programas ha quedado totalmente expuesto.
El más afectado es uno que, según los datos del Ministerio, había puesto casi el 57 por ciento de sus fondos en manos de AIJ, gestora fundada en 1989 que había mantenido un buen rendimiento, incluso tras la caída de Lehman Brothers en 2008.
La firma aseguraba a sus clientes que generaba beneficios estables a partir de sus inversiones en «stock-options», los derechos de compra sobre las acciones que tienen los directivos de las compañías.
Sin embargo, el pasado viernes se conoció que una investigación preliminar había revelado que la empresa podría haber ocultado la pérdida de la mayoría de sus fondos, lo que llevó al Gobierno a ordenar la suspensión de sus operaciones.
Hoy, en declaraciones que recoge la agencia Kyodo, la ministra de Trabajo, Yoko Komiyama, explicó que su cartera pronto comenzará a revisar la directiva que marca las funciones y responsabilidades de los gestores de activos con respecto a fondos de pensiones, con vistas a publicar una nueva en verano.
La Agencia de Servicios Financieros de Japón y la Comisión de Vigilancia de Valores y Cambios aún deben determinar si los fondos que gestionaba AIJ se han perdido por inversiones fallidas o si fueron desviados a otro lugar por la propia empresa.
Algunos medios, como el diario económico Nikkei, apuntan a que la compañía podría haber canalizado la mayoría de los fondos a fideicomisos de inversión privada en las Islas Caimán, un paraíso fiscal, lo que haría más difícil seguir los flujos de dinero. (EFE)
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