Si es que después de haber reflexionado, vemos que es un objetivo importante y que es ahora el momento de proseguir, no nos demos por vencidos.
Por Nélida Tanaka*
Empezamos una nueva página entrando al nuevo año. ¿Como nos está recibiendo el 2012? ¿Tenemos un horizonte abierto y optimista enfrente nuestro, o es que tenemos bastantes obstáculos que se imponen frente a nuestros objetivos?
Veo a personas abrumadas por el peso de las dificultades para proseguir lo que están planeando. El toparnos con uno y otro problema nos pone desganados, gradualmente merman los deseos de ir adelante. Es natural que nos sintamos pesimistas, que querramos abandonarlo todo….. Sin embargo, no dejemos nuestro camino a medias. Veamos primeramente, ¿es realmente válido e importante lo que estamos prosiguiendo en estos momentos? ¿Es algo que podemos postergarlo? Si es que después de haber reflexionado, vemos que es un objetivo importante y que es ahora el momento de proseguir, no nos demos por vencidos. Analicemos, ¿cuáles son los obstáculos? ¿Será que nos estamos ofuscando en un solo camino? Veamos la posibilidad de otras formas de abordar el problema, no siempre el directo es el más efectivo. ¿No será que hemos estado luchando a solas? ¿No será bueno consultar a una persona en quien confiemos? Dos cabezas producen más ideas que una, además, el hecho de sentirnos comprendidos nos da valor para seguir adelante, aparte de tener otras visiones. Entonces, tengamos el valor de pedir ayuda cuando la necesitemos. O es que hay una voz que siempre nos está diciendo, “si no puedes hacer nada”, “eres inútil”, “ que tonto eres”, “si tú nunca haces algo hasta el final”. Esta voz que nos persigue, impide que prosigamos la lucha por alcanzar nuestros objetivos con la consecuencia de abandonarlos. Estas son las profecías autocumplidas, la creencia misma nos empuja a cumplirlas. Si escuchamos en nuestro interior estas voces negativistas recordemos que nosotros podemos cambiar si lo intentamos, no nos dejemos llevar por estas voces. Jorge Bucay en “Recuentos para Demian” nos cuenta sobre las dos ranitas que cayeron en un bol de crema y no podían salir por más que pataleaban, una de ellas se cansó y se dió por vencida, mientras que la otra dijo que lucharía hasta el final. Al continuar moviendo sus patitas sin descanso, la crema se transformó en manteca y así la ranita pudo salir del recipiente. Sin embargo, tratemos de ser objetivos y tener el valor de abandonar un plan si nos damos cuenta que no vale la pena seguir, pero no nos rindamos si vemos que alcanzar esa meta es importante.
Por Nélida Tanaka*
*Psicóloga clínica, contacte con ella llamando al 090-2245-4021 o por correo electrónico : consultas@hotmail.co.jp
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