La Eliminatoria es un volcán echando lava; ante el menor fracaso quema y destruye lo que encuentra a su paso. Y eso que van cuatro fechas.
Por Jorge Barraza*
De héroe nacional a personaje chamuscado, de técnico de moda a desocupado/desacreditado, de buen dirigente a conductor inepto, los extremos a que expone la Eliminatoria son como el Ártico y el Antártico, dos océanos con un mundo entre medio. En ese medio, las presiones, agobiantes; las repercusiones, gigantescas. Todo sustanciado a frenética velocidad. Puede atestiguarlo Leonel Álvarez. El 11 de octubre era un “líder ganador”, un iluminado; en el atardecer del 15 de noviembre, dos partidos después, había pasado a ser un “petardo inútil”.
O Messi. Genio frente a Chile, “pecho frío” ante Venezuela y Bolivia, de nuevo figura consular ante Colombia.
O los peruanos Jefferson Farfán, Paolo Guerrero, Juan Vargas y Claudio Pizarro. Hasta el martes por la tarde eran “Los Cuatro Fantásticos”. A la noche habían sido rebautizados como “Los Cuatro Fantasmas”.
En Chile, Borghi pasa de “guatón” (panzón) al cariñoso Bichi sin escalas, de acuerdo al resultado.
La Eliminatoria es un volcán echando lava; ante el menor fracaso quema y destruye lo que encuentra a su paso. Y eso que van cuatro fechas.
* Tablas. El número impar de participantes, con fecha libre para un equipo en cada jornada, genera dos tablas. La de posiciones y la de rendimientos. No son iguales, aunque se asemejan. La primera es bien conocida: Uruguay, Argentina, Venezuela 7; Ecuador y Chile 6; Colombia y Paraguay 4; Perú 3, Bolivia 1. La segunda, más real, dice así: 1) Uruguay 78%; 2) Ecuador 67; 3) Argentina y Venezuela 58; 5) Chile 50; 6) Colombia 44; 7) Paraguay y Perú 33; 9) Bolivia 8%.
* Indiscutible. Zaguero y volante de clase en los ‘60, Cacho Silveira era tan duro en la cancha como simpático en la vida. Se encontró después de mucho tiempo con un amigo y éste le preguntó cómo andaba. De salud, de dinero, de todo… Cacho, con esa ocurrencia innata, respondió: “Más cómodo que 7 a 0…” Tal cual, así va su Uruguay en esta Eliminatoria. Aún con apenas tres partidos jugados, nadie pone en duda su viaje a Brasil en 2014, donde intentará dar su segundo Maracanazo (y tiene sólidos motivos para soñarlo).
Pero, excepto la Celeste, y acaso Venezuela, los otros competidores de esta Eliminatoria lucen el rostro adusto, preocupado.
* Cambio. En la carrera hacia el Mundial ´98, Venezuela había logrado sólo 3 puntos en 16 partidos. Ahora suma 7 en los primeros 4 encuentros. Es la transformación más notable del fútbol sudamericano. Y todos la sufren (Argentina, por caso). Es rival directo de cualquiera. Tiene jugadores, técnico, mentalidad, una fe tremenda, mucha energía positiva. Lo anima un sueño. Y esa es una fuerza devastadora. Un toque de atención: Bolivia le generó serios problemas en el último partido y pudo (mereció) empatarle. Si sabe captar el mensaje (no aflojarse nunca), es gran candidato a clasificar. Más que otros.
* Alivio. “Estamos vivos”, tituló con acierto el diario deportivo Olé, de Buenos Aires tras la afortunada victoria en Barranquilla. No es metafórico. Perder en Colombia equivalía exactamente a lo contrario. Pero a nadie le agradó el juego de Argentina. Ni fue celebrado el triunfo. Se lo tomó como un desahogo y como un nuevo punto de partida. El país entero es consciente de que hay apenas tres jugadores indiscutibles: Messi, Higuaín y Agüero. El técnico Sabella (no cuenta con aprobación mayoritaria) está probando nuevos jugadores que puedan acompañar con cierta eficiencia al trío de ataque. Está rascando la olla porque comenzó a darse cuenta que, de adelante hacia atrás, no hay nada. Parecemos Europa, unos pobres que han vivido como ricos. Pura irrealidad.
* Cálculo. Está comprobado que en una Eliminatoria de 9 contendientes, con 26 puntos se clasifica. Seguro. Dada la asombrosa paridad de los nueve, incluso con 25 podría alcanzarse un cupo. Y hasta con 24 y una buena diferencia de gol (que será determinante). Ahora bien, las primeras cuatro fechas marcan una tendencia: poquísimos triunfos visitantes, sólo 2 en 16 juegos. ¿Quién puede ir a ganar en Venezuela, en Perú, en Ecuador, antes plazas ciertamente accesibles…? El escenario ha mutado. Esto indica que no se pueden ceder puntos en casa. Colombia ya ha perdido cinco… Inquietante.
* Continuidad. Leonel Álvarez es el primer técnico en duda de la competencia. Los demás, incómodos o soliviantados, llegarán a junio. La derrota ante Argentina le movió los cimientos a Leonel. Las preguntas se atropellan: ¿cambiarlo después de tres partidos…? ¿Para poner a quién…? ¿El que llegue tendrá tiempo de conocer y trabajar con los jugadores…? ¿Nacional o extranjero…? Sería una jugada arriesgadísima.
* Planificación. Debido a las fechas dobles con apenas cuatro días de diferencia, los entrenadores deben trazar una planificación casi científica de viajes, prácticas y recambios. La apuesta del técnico venezolano en la primera fecha –jugar con un equipo de suplentes-, no le dio resultado. De haberle funcionado, lo hubiese repetido. Pero jugó ante Bolivia con los mismos con que enfrentó a Colombia. Es inviable. Nadie tiene dos equipos de igual calidad. A Colombia le faltaron tres titulares -Falcao, Guarín y Sánchez- y lo sintió horrores. A Argentina se la notó debilitada en ataque frente a Bolivia por las ausencias de Agüero y Di María. El dilema es cómo jugar con los mejores once, entrenar, viajar y tenerlos frescos otras vez en 96 horas.
* Limpieza. Antiguamente las Eliminatorias eran más violentas. Cada enfrentamiento estaba rodeado de una alta tensión. Y eso se trasladaba al campo de juego. Hoy hay más mediatización, pero menos brusquedades. En los primeros 16 partidos de este Premundial hubo apenas un expulsado: el zaguero venezolano Rey, en la primera fecha. Y por doble amarilla.
* Confirmación. Lo intuíamos desde la Copa América: Paraguay no es el mismo de las clasificatorias pasadas. No se le advierte recambio de figuras, motivo del alejamiento de Gerardo Martino. Y puede tener problemas. Aunque recién va un cuarto de competencia, ya cedió terreno. Le sobra sudor, le faltan generación de juego y atacantes con gol.
* Declive. El de Perú frente a Ecuador. Ningún parentesco con el equipo que fue tercero en la Copa América, que apisonó a Paraguay en el debut eliminatorio y que cayó con grandeza en Chile. Sin pólvora arriba, enclenque abajo. El ánimo de sus hinchas se desinfló de golpe. Por el juego y porque perdió con sus dos clásicos rivales del Pacífico.
* Luminarias. Nunca se lesiona ni está cansado ni pasa inadvertido. Estrella deslumbrante del Liverpool, figura cumbre de la Copa América, comienzo arrasador en la Eliminatoria. El uruguayo Luis Suárez mantiene una parábola de rendimiento fantásticamente alta. Lo mejor de este inicio de competencia. Detrás suyo, a varios pasos, Lionel Messi, decisivo para que Argentina sumara sus 7 puntos. Paolo Guerrero tuvo un estreno impactante ante Paraguay y luego se fue destiñendo, pero le sobra clase.
Ahora amainará la furia del volcán, en junio volverá a vomitar fuego.
*Ex articulista de El Gráfico y director de la revista Conmebol, (a) International Press.
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