Polémico templo honra a soldados caídos en combate y a criminales de guerra
El santuario Yasukuni, ubicado en Tokio, honra a los soldados japoneses caídos en combate. También a criminales de guerra. Para países como China y Corea que sufrieron la agresión del imperialismo nipón, Yasukuni les recuerda ese oprobioso pasado.
Cada vez que una alta autoridad japonesa visita el controvertido templo, se generan reacciones de rechazo en las víctimas del expansionismo nipón.
Este año ningún miembro del gabinete japonés ha visitado Yasukuni. Tampoco lo hicieron el año pasado. El primer ministro Naoto Kan dejará el poder sin haberlo hecho.
Sin embargo, alrededor de medio centenar de parlamentarios japoneses –tanto del partido de gobierno como de la oposición– acudió al santuario en el 66 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Entre los visitantes estuvo el líder del Partido Liberal Democrático, Sadakazu Tanigaki.
El exprimer ministro Shinzo Abe también visitó Yasukuni en señal de respeto a las personas que sacrificaron sus vidas por Japón, según declaró a la prensa.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda, declaró que los líderes de Japón durante la guerra recuperaron su honor legalmente, y que por lo tanto no deberían ser tratados como criminales de guerra.
Noda hacía referencia al Tratado de Paz de San Francisco, firmado en 1951 por Japón y los países aliados, que puso formalmente fin a la guerra y al poder imperial japonés.
Para el aspirante a suceder a Kan, en vista de que los líderes japoneses ya no merecen ser tratados como criminales de guerra no debería criticarse la visita de primeros ministros de Japón a Yasukuni.
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