Ahora valoran más los vínculos con parientes, amigos e incluso vecinos
Tras la catástrofe del 11 de marzo, muchas mujeres japoneses han reevaluado sus vidas y descubierto el valor de la familia en estos tiempos difíciles. Por eso, ahora están más dispuestas que antes a casarse, informó la agencia Kyodo.
Desde el 11 de marzo, han aumentado fuertemente la afiliación de mujeres a agencias matrimoniales y el número de casamientos arreglados, así como las ventas de anillos de compromiso.
Una madre divorciada de 38 años de Shizuoka, escudada bajo el seudónimo de Yoko, se registró en una agencia de matrimonio el 15 de marzo, sólo cuatro días después del terremoto y el tsunami.
“Desde el terremoto, ando muy preocupada, sobre todo en las noches”, afirma Yoko, quien vive con su hija de 9 años desde que se separó de su exesposo. Tener a un hombre en la casa la haría sentirse más segura. “El deseo de tener una familia ha crecido mucho”, confiesa.
Yoko actualmente está saliendo con un hombre presentado por la agencia y si se vuelve a casar, planea permanecer en casa tanto como sea posible para pasar más tiempo con su hija.
En Tokio, Ai, una mujer de 30 años, siente la necesidad de encontrar a alguien para casarse. »Nunca se sabe lo que el destino nos tiene reservados. Cuando pensé en eso, me di cuenta de que lo que había dejado de hacer era casarme y tener hijos», manifiesta.
Ai, que actualmente no sale con nadie, asegura que muchas mujeres a su alrededor se sienten de la misma manera. »Quiero que mis padres tengan un nieto. Tengo preocupaciones acerca de la crianza de un niño, pero siento que quiero una familia».
La agencia matrimonial O-net revela que el número de matrimonios entre sus usuarios aumentó 20 por ciento en marzo y abril en relación con el mismo periodo del año pasado.
En la tiendas por departamentos Takashimaya en Shinjuku, las ventas de anillos de compromiso se dispararon 30 por ciento en abril. Muchos de los clientes son parejas veinteañeras.
»La gente siente un impulso más fuerte para confirmar los vínculos con sus seres queridos», apunta un empleado de Takashimaya.
En una encuesta online realizada en abril por digitalBoutique, el 76 por ciento de 300 madres en todo el país dijeron que su estilo de vida y su mentalidad han cambiado desde la catástrofe de marzo.
El mayor cambio se produjo en sus hábitos alimenticios y sus esfuerzos por ahorrar energía, pero muchas también admitieron importantes cambios en su actitud hacia la vida misma y sus relaciones con parientes y amigos.
Una mujer de 34 años de Aichi dice: »Incluso si me peleo con mi marido, ahora trato de hacer las paces con él rápidamente. Pienso ‘¿Qué pasa si de repente nunca nos vemos otra vez?'».
Del mismo modo, una mujer de 33 años de Miyagi, cuenta que ahora saluda y conversa con los vecinos, con quienes antes tenía casi nulo trato.
»El desastre les dio a muchas personas un sentido renovado de la importancia de las cosas que nosotros a menudo dábamos por sentado, como estar con la familia y relacionarse con otros en la comunidad», concluye el columnista Izumi Momose.
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