Los creyeron “locos” por viajar hasta la prefectura japonesa
Fukushima se ha convertido en sinónimo de amenaza nuclear, devastación y contaminación radiactiva. Es uno de los últimos lugares del mundo que un turista visitaría.
Con excepción de los Ryan.
Associated Press encontró en la castigada prefectura japonesa a esta familia de Florida, Estados Unidos, que nunca había salido de su país. Y cuando decidieron trasponer sus fronteras eligieron Fukushima, causando revuelo en su entorno.
“La gente pensó que estábamos locos”, cuenta Kerry Ryan, de 52 años. Su nieta Isabelle, de 10 años, recuerda: “Decían que íbamos a volver brillando”.
Pero los Ryan no escogieron Fukushima por azar. El hijo de Kerry, Johnathan, vive allí, en el pueblo de Aizu Wakamatsu y se casó recientemente.
Los siete miembros de la familia Ryan dejaron atrás los miedos cuando contemplaron, maravillados, la belleza natural de Fukushima, realzada por montañas, flores y manantiales.
“Es hermoso, es maravilloso”, afirma Kerry Ryan.
Pero no solo turistas extranjeros visitan Fukushima. Los esposos Masako y Seiichi Miatake, de Tokio, habían hecho reservaciones antes del 11 de marzo para pasar el Golden Week en la convulsa prefectura, una costumbre de muchos años.
A pesar de la crisis nuclear, no cambiaron de opinión. “No estábamos seguros de si sería apropiado venir y disfrutar en momentos como este, pero en verdad nos gusta Fukushima”, subraya Masako.
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