Los efectos a corto plazo de una borrachera son conocidos y notorios, sin embargo, los efectos a largo plazo son los que realmente deberían inquietarnos.
Estamos a punto de celebrar la fiesta cristiana más importante del año, con momentos de reflexión y alegría, de paz espiritual y euforia, y con muchos brindis, porque es casi imposible dejar de asociar el consumo de alcohol a estas y otras celebraciones de fin de año, especialmente los “Bonenkai”, por lo que es necesario recordarles que el alcohol en nuestro cuerpo además de producir síntomas ya conocidos puede llevarnos a la intoxicación, además de los riesgos potenciales para nuestra salud a largo plazo.
FACTORES
Es importante mencionar que las manifestaciones clínicas producidas por el alcohol son diferentes en cada individuo y dependen de la raza, concentración de alcohol en la bebida, del peso corporal, edad, tiempo transcurrido desde la ingesta, alimentos ingeridos, la adaptación del individuo a la tolerancia alcohólica, entre otros factores. Así, compartir brindis con los japoneses significa verlos rubicundos luego de la primera copa, y ebrios en la segunda, pero estos síntomas prematuros de intoxicación tienen una explicación médica, se deben a que los asiáticos sólo tienen una enzima hepática para metabolizar el alcohol, mientras que los occidentales tenemos dos, lo que nos permite tener una mayor tolerancia alcohólica.
RIESGOS
Los efectos de la alcoholemia para nuestra salud digamos que son a corto y largo plazo. Los efectos a corto plazo son tal vez los más conocidos y notorios, y también los que más nos preocupan por su implicancia social, pero deberían ser más bien ser los efectos a largo plazo, aquellos que sólo aparecen con los años, los que realmente deberían inquietarnos.
El consumo crónico de alcohol produce graves riesgos a largo plazo, causa un deterioro de la célula hepática que altera su estructura y con los años la lleva a cierto grado de insuficiencia, conocida como cirrosis y que en muchos casos puede generar un tumor o cáncer al hígado. El páncreas también se ve afectado y reacciona de inicio con inflamaciones múltiples (pancreatitis) que obligan a hospitalizaciones, para luego manifestarse con tumores en este órgano que son mortales en la mayoría de los casos. El alcohol también produce una inflamación crónica del endotelio en los vasos sanguíneos, lo que afecta muy seriamente a pacientes que tienen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial, enfermedades del colágeno, asma y enfermedades pulmonares restrictivas. Además se sabe que en pacientes con infecciones virales tipo hepatitis B o C, el consumo de alcohol produce en un término de 25 y 15 años respectivamente, cáncer hepático hasta en 10% de los casos.
SÍNTOMAS GENERALES
Los síntomas iniciales son la euforia, inestabilidad emocional, irritabilidad, pérdida de la atención, falta de la coordinación motora, aumento de respuesta a los estímulos. A medida que la ingesta alcohólica continúa los síntomas se acentúan, hay trastornos de la visión (diplopía o visión doble, y visión borrosa), dificultad en la marcha, verborrea sin cordinación de la palabra, incoherencias, y se pasa del efecto eufórico a la depresión, además de la presencia de náuseas y vómitos. Finalmente, la coordinación motora es muy pobre e impide caminar, el grado de conciencia está disminuido y los vómitos son frecuentes, con el riesgo de aspiración pulmonar (aspiración del vómito a los pulmones), asfixia, y en casos extremos depresión respiratoria, coma y muerte.
SÍNTOMAS POR GRADOS DE ALCOHOLEMIA
0,250 a 0,500 g/L : El paciente presenta alteraciones de coordinación motora a la vez que hay un aumento a la respuesta de estímulos. La capacidad para conducir vehículos, no obstante la ausencia de trastornos psíquicos evidentes, se encuentra disminuida.
0,500 a 1 g/L : Al examen neurológico presenta signos manifiestos de falta de coordinación motriz. El tiempo de reacción a los estímulos está claramente aumentado. El paciente se muestra desinhibido y con notorios trastornos de convergencia en la visión.
1 a 3 g/L : El enfermo manifiesta diplopía y la visión que tiene es borrosa. La descoordinación motora se hace mucho más evidente e inclusive tiene ataxia (desorden en el sistema nervioso). El habla no es clara , balbuceante, en general con alteraciones manifiestas en la coordinacion de las palabra. La coherencia de las ideas es escasa, y la habilidad motora está claramente disminuida. El efecto eufórico de la primera etapa del estado de embriaguez va modificándose paulatinamente siendo sustituido por un estado de depresión. Puede presentar mareos intensos, sensación de vértigo, acompañado por náuseas y vómitos con el consiguiente riesgo de aspiración pulmonar.
3 a 4 g/L : La falta de coordinación motora dificulta seriamente la marcha llegando a imposibilitar la misma. El grado de conciencia se halla muy disminuido, y en casos extremos puede el paciente entrar en estado de coma alcohólico. Otras complicaciones que pueden constatarse son hipotermia, hipoglucemia e incluso convulsiones. Los vómitos son habituales, con el peligro potencial de producirse aspiración pulmonar y asfixia.
Más de 4 g/L : El paciente puede entrar en estado de coma, depresión respiratoria y muerte.
TRATAMIENTO
*La intoxicación aguda no requiere tratamiento en la mayoría de los casos, no obstante es habitual que se recurra a la administración de café o altas dosis de vitamina B, proporcionado por familiares o amigos que inicialmente rodean al paciente.
*En la intoxicación leve, si la temperatura, tensión arterial, pulso, hallazgos neurológicos, trastornos metabólicos no presentan alteraciones, no es necesario adoptar medidas especiales de tratamiento.
*En la intoxicación moderada o embriaguez:
1. Evitar el enfriamiento del paciente.
2. Evitar que el paciente se deshidrate, si puede beber, se le administrará agua con azúcar y bicarbonato (una cucharadita de cada elemento en un vaso de agua), en pequeñas y repetidas dosis.
3. Vigilancia de la respiración.
4. Colocar al paciente en posición decubito lateral para evitar que restos de su propio vómito puedan ser aspirados a la vía respiratoria.
5. Es conveniente realizar un lavado gástrico para eliminar los restos de alcohol que puedan encontrarse si la ingesta ha sido reciente.
6. Se tratará de colocar al paciente en una habitación donde los estímulos visuales y auditivos sean mínimos.
*Los pacientes con un grado de intoxicación mayor deberán ser hospitalizados para recibir el tratamiento médico adecuado y evitar las complicaciones, como la hipotermia, hipoglucemia, cetoacidosis, hipotensión, hipoventilación, que pudieran ser fatales.
Como vemos, los riesgos a largo plazo por el consumo crónico de alcohol van a producir el deterioro de nuestros órganos más importantes, generan la aparición de cáncer y condiciona que otras dolencias, infecciones virales o enfermedades crónicas, aceleren e inviertan su proceso de recuperación, generando la muerte en la mayoría de los casos.
Finalmente, un consejo, brinde en estas fiestas pero con prudencia, piense en su salud y en la tranquilidad de su familia. Que tengan una muy Feliz Navidad y el deseo de bienestar y progreso personal para todos ustedes. ¡Salud!
*Dr. Raúl Ortega, Ph.D Medicina Reproductiva
E-mail: inkamed@yahoo.com
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