El Banco de Japón (BoJ) volvió a retrasar hoy la fecha para cumplir su meta de generar una inflación estable de en torno al 2 por ciento, situándola como pronto en torno al segundo trimestre de 2019.
En su informe trimestral de perspectiva económica, la entidad rebajó en dos décimas su pronóstico inflacionario para el ejercicio fiscal 2018 (que concluye en marzo de 2019) con respecto a su predicción de abril, y consideró que la subida media de precios se situará en torno al 1,5 por ciento.
Esto alejaría toda posibilidad de rebasar en el mencionado ejercicio la cota del 2 por ciento, cifra que sí se superaría en el año fiscal 2019, donde el BoJ prevé un encarecimiento de los precios del 2,3 por ciento.
El banco central japonés también redujo su perspectiva inflacionaria para el ejercicio en curso (que concluye el 31 de marzo de 2018) en tres décimas y la estableció en el 1,1 por ciento.
La entidad activó en 2013 un gigantesco programa de flexibilización monetario de cara a lograr la citada meta inflacionista, aunque la caída de los precios del crudo y la ralentización global han obligado al BoJ a retrasar su plazo de consecución y a activar otras medidas adicionales.
Entre estas se cuentan una tasa negativa (del -0,1 por ciento) para los depósitos de los bancos y un control de la curva de rendimientos para mantener en torno al 0 por ciento los tipos a largo plazo.
En este sentido, la junta de política monetaria de la entidad decidió -por 7 votos a 2- en su reunión mensual concluida hoy mantener intacta esta política monetaria.
De este modo, el BoJ seguirá comprando bonos estatales por valor de unos 80 billones de yenes (619.711 millones de euros) al año para que el rendimiento del bono japonés a 10 años -principal referente de los tipos a largo plazo en el país asiático- permanezca en torno al 0 por ciento.
Seguirá adquiriendo fondos cotizados e inmobiliarios para que su cartera engorde al año unos 6 billones y 90.000 millones de yenes (46.474 y 697 millones de euros) e incrementando el valor de su portafolio en cuanto a bonos corporativos a corto y largo plazo a un ritmo anual de 2,2 y 3,2 billones de yenes (17.040 y 24.790 millones de euros).
Por otro lado, el BoJ mejoró su pronóstico de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de la tercera economía mundial para el actual ejercicio fiscal nipón en dos décimas hasta situarlo en el 1,8 por ciento. (EFE)
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