La Policía de la Prefectura de Shizuoka anunció la culminación de una exhaustiva investigación que resultó en la captura de dos jóvenes responsables de una serie de robos en recintos religiosos. Los sujetos japoneses, de 25 y 22 años, operaron en ocho prefecturas distintas, dejando tras de sí un rastro de saqueos que afectó la paz de 36 templos entre enero y junio de este año.
Los implicados fueron identificados como un hombre desempleado nacido en Samukawa, en la prefectura de Kanagawa, y un joven de ocupación desconocida oriundo del distrito de Minami, en la ciudad de Yokohama. Ambos recorrían largas distancias en coche para elegir a sus víctimas, centrando gran parte de sus ataques en la prefectura de Shizuoka, donde se contabilizaron 17 incidentes.
El impacto financiero de sus crímenes es masivo, alcanzando una cifra estimada en 30 millones de yenes. El botín incluía unos 17.5 millones de yenes en efectivo, además de 380 objetos de valor como relojes de lujo, bolsos y cajas fuertes, valorados en aproximadamente 12 millones de yenes adicionales. Las autoridades señalaron que los delincuentes irrumpían en los templos tras romper los cristales de las ventanas y vendían lo robado para costear sus gastos diarios y de entretenimiento.
La red de robos se extendió por un amplio territorio que abarcó Tokio, Kanagawa, Saitama, Yamanashi, Ibaraki, Gunma, Shizuoka y Tochigi. Gracias a la confesión de uno de los sospechosos, la policía pudo esclarecer la totalidad de los delitos acumulados. Tras haber sido arrestados en tres ocasiones previas, la investigación se cerró oficialmente este 19 de diciembre con el envío de los expedientes finales a la fiscalía. (RI/AG/IP/)
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