La cumbre del G20 en Sudáfrica concluyó sin un encuentro entre la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, y el primer ministro chino, Qiang Li. La falta de contacto entre ambos líderes indica que la reparación de las relaciones bilaterales, deterioradas tras los recientes comentarios de la gobernante japonesa sobre Taiwán, se prolongará en el tiempo.
A pesar del evidente distanciamiento, la Primera Ministra insistió en que su gobierno mantiene una actitud de apertura. «En lo que respecta a varios diálogos con China, estamos abiertos; no hemos cerrado la puerta», afirmó porque precisamente existen «cuestiones y desafíos pendientes» entre Japón y China y es crucial «reducirlos y aumentar el entendimiento y la cooperación», aunque recalcó que Japón continuará «afirmando lo que debe ser afirmado».
CHINA: TAKAICHI HA CRUZADO LA «LÍNEA ROJA»
El ambiente en el G20 estaba fuertemente cargado por la reacción de Pekín a los comentarios que Takaichi hizo el 7 de noviembre en el Parlamento cuando sostuvo que una contingencia en Taiwán podría ser designada como una «situación de crisis existencial» (sonritsu kiki jitai), lo que permitiría a Japón ejercer la autodefensa colectiva.
En respuesta a esto, el Ministro de Asuntos Exteriores chino, Yi Wang, declaró ayer que las palabras de Takaichi habían cruzado una «línea roja» y que China tenía la obligación de «contraatacar resueltamente» para defender su soberanía. Las represalias chinas ya incluyen la suspensión de importaciones de productos marinos japoneses y una advertencia formal enviada a las Naciones Unidas.
EL COSTO DIPLOMÁTICO Y LA DEFENSA DE TAKAICHI
El fracaso de Takaichi para conseguir una reunión con Qiang Li en un evento donde sí se reunió con líderes como el primer ministro británico, Keir Starmer, y el canciller alemán Friedrich Merz, evidencia la grave escalada diplomática. Esto podría prolongar la tensa situación entre los dos países.
Pese a la crítica, Takaichi mantiene la consistencia de la postura de Tokio, asegurando que la dirección para construir una relación «constructiva y estable» con China, confirmada previamente con el presidente Xi Jinping, sigue vigente.
Respecto a la posibilidad de una «situación de crisis existencial» por el caso de Taiwán, la mandataria enfatizó que la posición del gobierno japonés ha sido «consistente» desde el gobierno de Shinzo Abe, y cualquier decisión se basará en un juicio integral de la situación. (RI/AG/IP)
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