El gobierno japonés ha rechazado categóricamente la versión de China de que Japón ha modificado su postura respecto a la crisis de Taiwán tras los comentarios de la primera ministra, Sanae Takaichi. La portavoz del Gabinete, Maki Kobayashi, dijo a Bloomberg News en la Cumbre del G20 que la afirmación de China de que Japón cambió de posición es «totalmente infundada» (mattaku konkyo ga nai). Tokio hizo un llamado a intensificar el diálogo para frenar el deterioro de las relaciones entre las dos economías más grandes de Asia.
El epicentro del conflicto radica en la interpretación de los dichos de Takaichi el 7 de noviembre, quien dijo en el Parlamento que el uso de la fuerza en una contingencia de Taiwán podría constituir una «situación de crisis existencial» para Japón. China ve esto como un abandono de la «ambigüedad estratégica», mientras que Japón insiste en que la Primera Ministra simplemente respondió a una pregunta hipotética y su política tradicional se mantiene intacta.
CHINA AMENAZA CON ACCIÓN MILITAR DIRECTA
Pekín ha elevado el tono de la confrontación a nivel internacional. China envió una carta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtiendo que, si Japón interviene militarmente en el Estrecho de Taiwán, tomaría «medidas decisivas de autodefensa». El ministro de Asuntos Exteriores chino, Yi Wang, se sumó hoy a la escalada, afirmando que los comentarios de la Primera Ministra japonesa cruzaron una «línea roja» y que China debe «contraatacar resueltamente» para defender su soberanía.
Aún más tensa fue la acción de la Embajada china en Japón, que publicó en X un mensaje citando las «Cláusulas de la Segunda Guerra Mundial» de la Carta de la ONU para justificar su derecho a una «acción militar directa» sin la aprobación del Consejo de Seguridad, si Japón toma acciones agresivas.
TOKIO SE DEFIENDE DE AMENAZA CHINA
Japón respondió con rigor legal a esta ofensiva. El gobierno japonés recordó que tanto la Asamblea General de la ONU (1995) como la Cumbre Mundial (2005) adoptaron resoluciones que reconocen la obsolescencia de las Cláusulas de los «Estados Enemigos» (Tekikoku Joko), y que el propio gobierno chino había votado o consensuado dichas resoluciones. Tokio concluyó esperando que China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, «adopte un comportamiento responsable».
Mientras tanto, el diálogo bilateral está congelado: China canceló una cumbre trilateral con Japón y Corea del Sur, y no se programó una reunión bilateral entre Takaichi y el Primer Ministro chino Li Qiang en el G20 que se realiza en Sudáfrica.
Esta fricción se suma a las medidas de boicot ya existentes, como la prohibición de importación de productos marinos japoneses y la restricción de viajes a Japón. A pesar de la tensión, Takaichi ha indicado que, si bien no retirará sus comentarios, se abstendrá de discutir escenarios militares específicos para el despliegue de las Fuerzas de Autodefensa. (RI/AG/IP/)
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