El gobierno de Japón ha reincorporado los subsidios a las facturas de electricidad y gas en el paquete de estímulo económico aprobado hoy, 21 de noviembre. La medida, que busca aliviar la carga de los hogares entre enero y marzo del próximo año, supondrá un ahorro total de aproximadamente ¥7.300 yenes por familia.
El programa de ayuda, que se ha aplicado de forma intermitente desde enero de 2023 para contrarrestar el aumento de los precios de la energía, ha costado hasta ahora unos ¥4,6 billones de yenes. Con la adición de la nueva extensión, el costo total asciende a cerca de ¥5 billones de yenes.
EL COSTO Y LA PRESIÓN POLÍTICA
Los subsidios serán especialmente generosos en enero y febrero, con un apoyo de ¥4,5 yenes por kilovatio-hora de electricidad y ¥18 yenes por metro cúbico de gas urbano. Los cálculos para un hogar promedio (dos o más personas) sugieren que la ayuda será de aproximadamente ¥3.245 en enero y ¥3.128 en febrero, antes de caer significativamente en marzo.
La reactivación y el aumento de la ayuda fueron impulsados por la presión política del Nippon Ishin no Kai, que se unió a la coalición y exigió el incremento para sustituir la cancelación de un pago directo de ¥20.000 yenes. La Primera Ministra Takaichi Sanae prometió «profundizar» el subsidio, situando la tasa de ayuda para la electricidad en enero y febrero a un nivel sólo superado por el inicio del programa (¥7/kWh).
NO HAY SALIDA DE LOS SUBSIDIOS
La continuidad del subsidio genera fricción, especialmente porque Japón depende en gran medida de las importaciones de gas natural para la generación de energía térmica, que representa alrededor del 70% de su electricidad.
El diario Mainichi dijo que internamente existe un fuerte argumento gubernamental a favor de eliminar los subsidios para reorientar esos fondos hacia la inversión en fuentes de energía de descarbonización. Sin embargo, a pesar de que los precios del petróleo crudo se han estabilizado, la justificación oficial para esta nueva ronda se limita a las «medidas contra los altos precios actuales».
Lo más preocupante para la estabilidad fiscal y energética a largo plazo es que el nuevo paquete económico no especifica en absoluto una fecha de finalización, dejando el costoso programa de subsidios en el limbo. (RI/AG/IP/)
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