Una única línea de telefonía IP (IP phone) proporcionada por una compañía japonesa a un operador en el extranjero fue utilizada para generar aproximadamente dos millones de llamadas fraudulentas en Japón entre febrero y marzo de este año.
Las llamadas buscaban simular ser entidades gubernamentales y policiales, causando daños por valor de decenas de millones de yenes y exponiendo una grave falla de seguridad en la red de telecomunicaciones del país.
El mecanismo de engaño consistía en el spoofing, una técnica que permite a los estafadores disfrazar la identificación del número de origen. Los registros masivos de llamadas mostraban que el origen fue falsificado para aparecer como la Comisaría de Shinjuku, la Policía de la Prefectura de Osaka, la Fiscalía Suprema (Saikoken) y oficinas centrales del gobierno (Kancho).
FALTA DE MEDIDAS Y CONSECUENCIAS
La línea problemática fue proporcionada por una subsidiaria de la empresa I.P.S. de Tokio, listada en el Prime de la Bolsa de Valores de Tokio. Investigaciones sugieren que I.P.S. firmó un contrato de línea con un proveedor en el extranjero, que luego revendió los derechos de uso a un grupo de estafadores internacionales.
La Agencia Nacional de Policía (Keisatsucho) determinó que la causa fue una falla de configuración o una falta de medidas preventivas efectivas por parte de la empresa, a pesar de que las directrices de la industria exigen rechazar las llamadas con números falsificados o hacerlas aparecer como no identificadas.
MILLONES DE PÉRDIDAS POR FRAUDE
Por su parte, la policía metropolitana de Tokio confirmó que, a través de esta única línea, se identificaron al menos 10 incidentes de fraude, ascendiendo los daños conocidos a decenas de millones de yenes. La empresa tomó medidas en abril, tras lo cual no se han vuelto a confirmar llamadas falsas que muestren números reales.
Este incidente se produce en medio de una crisis de seguridad nacional: el fraude especializado (tokushu sagi) ha alcanzado niveles récord. Las cifras provisionales muestran que entre enero y septiembre de este año, los daños por este tipo de estafas ascendieron a 96.500 millones de yenes (unos 613 millones de dólares), lo que representa un aumento de 2,3 veces respecto al mismo período del año anterior.
La empresa I.P.S. emitió un comunicado lamentando la «utilización imprevista de la línea» y asumiendo «la gravedad de la existencia de deficiencias en la configuración,» prometiendo abordar sinceramente la prevención. (RI/AG/IP/)
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