
Una conversación telefónica de alto nivel entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente estadounidense, Donald Trump, ha revelado una potencial y controvertida propuesta rusa para poner fin a la guerra en Ucrania. Según reporta The Washington Post, citando a fuentes informadas, Putin exigió el control total de la región de Donesk como condición para una suspensión de hostilidades, sugiriendo a cambio que estaría dispuesto a ceder parte de los territorios parcialmente ocupados de las provincias de Zaporiyia y Jersón.
La conversación, que tuvo lugar esta semana, ha sido valorada por algunos funcionarios de la Casa Blanca como una señal de «progreso», dado que la demanda territorial de Putin es «algo menor» que la que planteó en la cumbre de Anchorage en agosto. Sin embargo, la propuesta ha sido recibida con escepticismo e indignación en círculos diplomáticos europeos.
«ES COMO VENDERLES SU PROPIA PIERNA»
Dos altos funcionarios confirmaron que Putin utilizó la llamada para presionar por el control total de Donesk. La insinuación de que Rusia podría retirarse de partes de Jersón y Zaporiyia, donde actualmente controla solo porciones de su territorio, ha sido vista como un intento de trueque territorial.
Sin embargo, un alto diplomático europeo, consultado sobre la reacción de Kiev, calificó la oferta con crudeza: «Es como venderles su propia pierna a cambio de nada». Esta declaración refleja el sentir de que, para Ucrania, ceder cualquier territorio es inaceptable, y que Rusia está ofreciendo regresar apenas una parte de lo que ha invadido ilegalmente.
La presión sobre Ucrania es palpable. Steve Witkoff, el enviado especial de Trump, presionó a la delegación ucraniana durante una reunión el viernes, sugiriendo la entrega de Donesk con el argumento de que la región es predominantemente de habla rusa.
Ucrania ha sostenido muchas veces que Rusia quiere toda la región de Donesk porque eso le otorgaría ventaja estratégica para preparar otra guerra.
KIEV ACEPTARÍA QUEDARSE TODOS DONDE ESTÁN
Este intercambio se produce en medio de una serie de declaraciones que sugieren un punto de inflexión. Días antes, tras reunirse con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el 17 de octubre, Donald Trump declaró que Ucrania y Rusia «deben detenerse donde están».
Zelenski, por su parte, se mostró de acuerdo en que «debemos detenernos donde estamos ahora», un comentario interpretado como un consenso para un alto el fuego inmediato en las líneas de contacto actuales.
No obstante, las fuentes también señalan que en la reunión Trump dejó claro que, por el momento, no está considerando la entrega de misiles Tomahawk a Ucrania, lo que subraya la delicada posición de Kiev en un momento donde la presión militar y diplomática aumenta simultáneamente. (RI/AG/IP)
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