

En Japón estamos iniciado una nueva etapa política con la llegada de un nuevo Primer Ministro. El país atraviesa un momento de cambio, en el que la sociedad y las políticas avanzarán hacia nuevas direcciones. En medio de este contexto, es fundamental reflexionar sobre el camino que queremos construir juntos.
En los últimos días se ha comentado la posibilidad de limitar algunos apoyos destinados a los extranjeros. Personalmente, considero que eso sería injusto. Estas familias no son ajenas a Japón: forman parte de nuestra sociedad y serán quienes también construyan el nuevo Japón del futuro. Ignorarlos o dejarlos de lado es perder una gran oportunidad de fortalecer al país con diversidad, esfuerzo y nuevas perspectivas.
Como padre, y como miembro activo de mi comunidad, reafirmo mi compromiso de promover la convivencia multicultural. Para mí, esto significa:
– Que los niños con raíces extranjeras puedan estudiar tranquilos y desarrollar sus talentos.
– Que los trabajadores extranjeros puedan crecer como parte activa de la sociedad japonesa.
– Que todos los niños, sin importar su origen, reciban las herramientas necesarias para ser los líderes del mañana.
En este contexto, la forma en que los medios transmiten los debates también es clave. El reciente titular: “Exención de matrícula en escuelas secundarias: también incluidos los extranjeros con perspectivas de residencia estable” genera una profunda preocupación. Esta redacción transmite la idea de que los japoneses están incluidos automáticamente, mientras que los extranjeros solo de manera condicional.
El verdadero propósito de la exención de matrícula debe ser garantizar que todos los niños puedan estudiar con tranquilidad, sin importar su nacionalidad u origen. Sin embargo, expresiones de este tipo corren el riesgo de reforzar prejuicios, presentando a los extranjeros como un grupo “excepcional” o “aparte”.
La realidad es que la medida discutida constituye un avance positivo, ya que amplía el alcance del apoyo educativo. Por ello, los titulares deberían resaltar esta visión: “Más oportunidades para todos los niños”, “Hacia una educación inclusiva”.
El futuro de Japón no se construye cerrando puertas, sino abriéndolas. No se construye dividiendo, sino uniendo a las personas y sumando proyectos. Esa es la visión que quiero transmitir a mis propios hijos y a las próximas generaciones.
Un nuevo Japón con todos, y para todos.
(*) Es presidente de Aizawa Corporation
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