
Japón enfrenta una nueva polémica relacionada con el comportamiento de extranjeros en el país, tras la detención de un popular youtuber ucraniano con más de 6,5 millones de suscriptores, acusado de transmitir en vivo su ingreso ilegal a una vivienda abandonada dentro de la zona que habría estado contaminada por la radiación del accidente nuclear de 2011 en Fukushima Daiichi.
La policía de Fukushima confirmó que el arresto se produjo el 24 de septiembre en la localidad de Okuma, cuando agentes acudieron tras una denuncia de residentes. En el operativo también fueron detenidos otros dos ucranianos que lo acompañaban. Los tres reconocieron su responsabilidad. Según las imágenes difundidas por TV Asahi, los involucrados fueron grabados dentro de la vivienda preparando té y revisando pertenencias que habían sido dejadas por los antiguos residentes tras la evacuación forzosa.
El caso ha desatado indignación tanto en Japón como en Ucrania. Sergiy Korsunsky, exembajador de Ucrania en Tokio, pidió disculpas públicamente a través de X afirmando en inglés: “Quiero pedir perdón por los crímenes cometidos por ciudadanos ucranianos. Es algo que nunca debió ocurrir”.

Este episodio no es aislado. En los últimos años, Japón ha registrado un aumento de incidentes vinculados a lo que en redes se denomina “meiwaku kei” —conductas problemáticas de algunos creadores de contenido extranjeros que buscan fama a costa de actos ilegales o irrespetuosos.
En 2023, el estadounidense Ismaël Ramsey Khalid, conocido en internet como “Johnny Somalí”, fue detenido por ingresar sin permiso a una obra en construcción mientras gritaba “Fukushima” para provocar a los trabajadores. Sus transmisiones también mostraron escenas en las que profería comentarios ofensivos sobre la tragedia nuclear y los bombardeos atómicos de 1945, generando rechazo generalizado.
Con la llegada récord de turistas extranjeros tras la reapertura de fronteras, el hartazgo social frente a este tipo de conductas se ha intensificado. Para muchos ciudadanos japoneses, estas acciones son una falta de respeto hacia las comunidades que sufrieron la catástrofe nuclear y hacia la memoria de los afectados.
El debate se suma a un clima político ya marcado por las tensiones en torno al exceso de visitantes y a la inmigración. En las elecciones de la Cámara Alta del pasado julio, el partido xenófobo Sanseito, con su lema “Japoneses primero”, capitalizó este malestar y logró una importante expansión. (RI/AG/IP/)
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