
La selección japonesa sub-18 de béisbol cayó este domingo 14 de septiembre en la final del Mundial disputado en el Okinawa Cellular Stadium Naha. El equipo nipón perdió 0-2 frente a Estados Unidos, que se consagró campeón por undécima vez en la historia y sumó su segundo título consecutivo en la competencia.
El encuentro, correspondiente a la edición 32 del torneo, fue un duelo intenso en el que Japón luchó hasta el último out, pero no logró romper la sólida defensa y el pitcheo norteamericano. La derrota significó el fin del sueño de alcanzar la segunda corona mundial para los jóvenes japoneses.
Sin embargo, el gesto que marcó la jornada ocurrió después del pitido final. Tras celebrar el título arrojándose agua con botellas sobre el montículo, los jugadores estadounidenses dejaron los envases esparcidos en el terreno. Fue entonces cuando los japoneses Nakano Taiga, de Osaka Toin, y Fujimori Kaito, de Meitoku Gijuku en Kochi, junto a varios compañeros, se dirigieron al centro del diamante y comenzaron a recogerlos. La acción, cargada de respeto y disciplina, despertó una ovación espontánea desde las gradas, donde el público reconoció no solo la entrega en el campo, sino también la grandeza fuera de él.
El entrenador Masayoshi Ogura no ocultó su orgullo: “Si yo estuviera en esa situación, quizá no habría podido hacerlo. Nuestros jugadores son admirables”. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.