
Una nueva y reveladora investigación, publicada por la Waseda Daigaku en colaboración con la Universidad Técnica de Dinamarca, sugiere que el volumen de ventilación en los dormitorios debería ser el doble del estándar actual para garantizar un descanso óptimo. Este hallazgo, riguroso en su tratamiento de datos, podría transformar la forma en que se diseñan los hogares y se desarrolla la tecnología de ventilación.
El equipo de investigación, liderado por el asistente de investigación Mizuho Akimoto, el profesor Shinichi Tanabe y el profesor Pawel Wargocki, llevó a cabo un exhaustivo análisis de 17 estudios previos que examinaron la relación entre la ventilación de los dormitorios y la calidad del sueño. La investigación consolidó los hallazgos dispersos y llegó a una conclusión unificada: el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en el aire de una habitación afecta de manera significativa el descanso nocturno.
Según el análisis, se confirmó que cuando la concentración de CO₂ en una habitación alcanza las 1.000 ppm (partes por millón), la eficiencia del sueño y el porcentaje de sueño profundo comienzan a disminuir. Sin embargo, para mantener un margen de seguridad y reducir al mínimo la posibilidad de que la calidad del sueño se vea afectada, los investigadores proponen una meta mucho más ambiciosa: mantener la concentración de CO₂ por debajo de las 800 ppm.
este nivel de ventilación equivaldría a renovar por completo el aire de la habitación cada hora si duerme una persona, y cada 30 minutos si lo hacen dos.
LA CALIDAD DEL AIRE
Para lograr este nivel de calidad del aire, los cálculos de los científicos son claros. Mantener el CO₂ por debajo de las 800 ppm requiere un suministro constante de aire fresco de aproximadamente 8 litros por segundo por persona. Este volumen de aire es notablemente superior al recomendado por los estándares de ventilación de viviendas actuales. Para ponerlo en perspectiva, en un dormitorio promedio de 10 metros cuadrados, este nivel de ventilación equivaldría a renovar por completo el aire de la habitación cada hora si duerme una persona, y cada 30 minutos si lo hacen dos.
Los resultados de esta investigación tienen una resonancia directa y un gran potencial de impacto social. Hasta ahora, la ventilación en los hogares se ha discutido principalmente por razones de salud pública, como la prevención de enfermedades y el síndrome del edificio enfermo. Este estudio, sin embargo, vincula por primera vez de manera concluyente la ventilación con un aspecto fundamental del bienestar diario: la calidad del sueño. Con estas nuevas cifras como punto de referencia, se espera que los diseñadores de viviendas y los fabricantes de equipos de ventilación reevalúen sus estándares y desarrollen soluciones más efectivas y eficientes en términos energéticos.
A pesar de que el estudio es una revisión de investigaciones existentes, los científicos reconocen que se necesitan más datos para fortalecer las conclusiones, particularmente en concentraciones de CO₂ inferiores a 1.000 ppm. El equipo de investigación ha manifestado su compromiso de continuar con experimentos y estudios en entornos reales para acumular un conocimiento aún más sólido en el futuro. (RI/International Press)
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