
La investigación sobre el asesinato de dos hombres japoneses en Manila reveló que el crimen fue ejecutado por un grupo de al menos diez personas, entre ellas un presunto cabecilla japonés que habría coordinado la operación desde su residencia en Japón.
El ataque ocurrió el 15 de agosto en la capital filipina, cuando los dos ciudadanos japoneses fueron abatidos a balazos. En el lugar fue detenido un guía turístico local de 62 años, quien acompañaba a las víctimas, así como su hermano de 50 años, señalado como el autor material de los disparos. Ambos fueron arrestados bajo sospecha de asesinato.
Según fuentes de la policía local, la organización criminal contaba con una estructura claramente jerarquizada, integrada por un cabecilla japonés, un coordinador en Filipinas, y otros miembros encargados de realizar labores de vigilancia, reconocimiento previo de la zona y seguimiento de los movimientos de las víctimas.
Las comunicaciones entre los integrantes se realizaban bajo nombres falsos, lo que dificultó la identificación de los implicados. El guía turístico detenido declaró que, aparte de su hermano, desconocía las identidades reales de los demás participantes.
La policía confirmó además que solo el coordinador local mantenía contacto directo con el cabecilla en Japón. Como parte del pago, el organizador recibió un adelanto de 2,6 millones de yenes (unos 17.000 dólares) de un total de 23 millones de yenes (unos 157.000 dólares) acordados como precio por la ejecución.
Las autoridades filipinas trabajan ahora en la identificación de al menos ocho sospechosos más, con el objetivo de esclarecer la cadena de mando y las motivaciones detrás del doble asesinato. (RI/AG/IP/)
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