

Tras más de una década de paralización, controversias técnicas y disputas contractuales, el emblemático Proyecto Majes-Siguas II, una de las obras de irrigación más ambiciosas de América Latina, vuelve a tomar impulso con el respaldo de un nuevo socio estratégico: Japón. El país asiático ha sido oficialmente elegido para asumir la ejecución del megaproyecto, que busca transformar más de 38.000 hectáreas áridas en zonas agrícolas altamente productivas en la región de Arequipa.
El acuerdo, firmado bajo la modalidad de cooperación Gobierno a Gobierno, no solo contempla la reactivación de las obras hidráulicas, sino también la implementación de tecnología de punta, capacitación técnica local y estrictos estándares de transparencia. Con ello, se espera ampliar significativamente la frontera agrícola peruana, dinamizar el empleo y posicionar al Perú como un hub agroexportador del Pacífico.
JAPÓN REACTIVA UNA OBRA CLAVE
Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), Japón asumirá la ejecución integral del proyecto, desde la construcción de la represa de Angostura y los túneles de trasvase, hasta la implementación de sistemas de riego presurizado de alta eficiencia. Estos trabajos permitirán ampliar en 23.000 hectáreas adicionales la frontera agrícola nacional, sumándose a las 16.000 ya habilitadas en la primera fase.
La propuesta japonesa incorpora además la futura integración del proyecto con Majes-Siguas III, consolidando un corredor agroindustrial sin precedentes en el sur peruano. Se estima que esta iniciativa generará más de 120.000 empleos directos e indirectos y atraerá inversiones del sector privado nacional e internacional.
Entre los puntos fuertes del modelo japonés destacan el uso de sensores de humedad, monitoreo remoto, compuertas automatizadas y herramientas de eficiencia hídrica y energética. Estas innovaciones no solo garantizan un uso racional del agua, sino que aseguran la sostenibilidad operativa del proyecto frente a los desafíos del cambio climático.
Además, el acuerdo incluye mecanismos rigurosos de auditoría independiente, control de calidad continuo y trazabilidad en cada fase de ejecución. También se implementarán programas de capacitación para ingenieros peruanos, fortaleciendo las capacidades locales y generando conocimiento replicable a nivel nacional.

INVERSIÓN MILLONARIA Y NUEVO MODELO DE GESTIÓN
El costo total del proyecto supera los 700 millones de dólares, financiados a través de un esquema mixto que combina fondos del Gobierno Regional de Arequipa, cooperación japonesa y participación del sector privado mediante alianzas público-privadas.
Este nuevo modelo de gestión busca evitar los errores del pasado, cuando desacuerdos entre el gobierno regional, concesionarios y entidades supervisoras mantuvieron el proyecto paralizado por años. La entrada de Japón representa no solo un nuevo financiamiento, sino también una nueva forma de hacer obras públicas: con planificación técnica, visión a largo plazo y compromiso internacional.
IMPACTO PARA AREQUIPA Y TODO EL PAÍS
La reactivación de Majes-Siguas II significa una transformación económica y social para Arequipa y el sur del país. Permitirá:
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Ampliar en más de 38.000 hectáreas la frontera agrícola en las pampas de Majes, Siguas y Lluta.
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Incentivar la agroexportación de cultivos de alto valor como uva, palta, arándano, espárrago y quinua.
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Reducir la pobreza rural, mediante empleo directo, acceso a tierras productivas y cadenas de valor inclusivas.
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Mejorar la infraestructura regional con nuevas vías, redes eléctricas y plantas de procesamiento.
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Convertir a Arequipa en un polo agroindustrial y logístico, con salida directa hacia mercados de Asia a través de los puertos de Matarani e Ilo.
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Fortalecer la resiliencia climática, gracias al uso eficiente del agua y tecnologías sostenibles.
UN NUEVO COMIENZO PARA UN PROYECTO HISTÓRICO
El Proyecto Majes-Siguas II fue concebido para llevar agua desde la cuenca del Apurímac hasta zonas áridas de la costa arequipeña, a través de la futura represa de Angostura y un sistema de túneles y canales. Hoy, con el impulso de Japón, esa visión vuelve a ponerse en marcha, con la promesa de convertir desierto en productividad, empleo en dignidad y agua en prosperidad.
El Perú apuesta así por una cooperación internacional moderna, eficaz y comprometida con el desarrollo sostenible, en beneficio de miles de familias que esperan, desde hace más de una década, que Majes-Siguas II se convierta por fin en realidad. (RI/AG/International Press)
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