
El gobierno japonés ha decidido limitar la ayuda para cubrir gastos de vida en programas de doctorado exclusivamente a estudiantes japoneses, excluyendo a los extranjeros que antes eran beneficiarios del sistema SPRING, el «Programa para Investigadores Jóvenes con proyectos de siguiente generación».
La modificación llega en un contexto de creciente debate electoral para el Senado sobre la equidad en el acceso a recursos y «la protección del interés nacional», especialmente después de que se revelara que alrededor del 30 % de los beneficiarios eran estudiantes chinos.
La decisión fue impulsada tras cuestionamientos en el Congreso por legisladores del Partido Liberal Democrático, preocupados por la dependencia de fondos públicos para apoyar a extranjeros en detrimento de jóvenes japoneses.
Un funcionario del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) admitió que el nuevo esquema de J-RISE, financiado con 3.300 millones de yenes (unos 22 millones de dólares) durante tres años, no logra reemplazar completamente a SPRING, pero trata de evitar rezagarse frente a la competencia global por talento internacional.
IMPACTO EN LA COMPETENCIA INTERNACIONAL
Expertos advierten que la exclusión podría reducir el atractivo de Japón para estudiantes extranjeros de alto nivel, en un momento en que Europa y Estados Unidos refuerzan incentivos para captar investigadores, especialmente tras la fuga de talento desde EEUU por políticas restrictivas en años recientes.
China podría ser la gran beneficiada. Sus universidades ofrecen doctorados con sueldos o becas integradas, costos bajos y alojamiento asequible, lo que podría redirigir hacia allí a estudiantes que antes optaban por Japón. Según un profesor japonés en una universidad china, SPRING era clave para atraer talento en medio de la intensa competencia regional.
“Eliminar la ayuda a extranjeros, lejos de fortalecer la posición de Japón, puede acelerar la consolidación de China como potencia científica”, advirtió.
Por ahora, el gobierno japonés defiende la decisión como un paso necesario para priorizar a los jóvenes nacionales y promover un sistema en el que los investigadores principales (PI) generen recursos propios para financiar a sus estudiantes, siguiendo un modelo similar al estadounidense.
Sin embargo, especialistas señalan que el nivel de fondos en Japón está muy por debajo del estándar internacional para que este esquema funcione a corto plazo. La medida parece responder más a la presión ejercida por el debate electoral y una ola nacionalista para captar más votos en las elecciones del 20 de julio. (RI/AG/IP/)
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