El jefe de la Agencia Nacional de Policía de Japón declaró hoy que actuarán con firmeza ante cualquier caso relacionado con el fentanilo, el potente opioide sintético cuya propagación ha causado una crisis sanitaria en Estados Unidos.
Durante una rueda de prensa, el comisionado general enfatizó que “si existen casos que deban tratarse como delitos penales y responder con rigor”. La postura refleja la creciente preocupación del gobierno japonés ante la posibilidad de que esta peligrosa droga comience a expandirse en el país.
El fentanilo, originalmente desarrollado como analgésico para pacientes con cáncer, es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina. Aunque su uso médico sigue vigente bajo estrictos controles, en países como Estados Unidos ha sido desviado hacia el narcotráfico y su abuso ha causado decenas de miles de muertes por sobredosis cada año.
DOS CASOS DE FENTANILO EN JAPÓN
La policía japonesa ha registrado dos casos relacionados con esta sustancia en territorio nacional. El primero involucra a un anestesista arrestado por inyectarse fentanilo de uso médico. El segundo, más grave, se refiere a una mujer que aplicó un parche de fentanilo en su pareja, provocándole una sobredosis fatal. Ambos casos han sido tratados como delitos.
A pesar de la escasa incidencia hasta ahora, las autoridades temen que el narcotráfico internacional pueda introducir versiones ilegales de fentanilo en Japón. Las agencias de seguridad están reforzando su vigilancia, especialmente en puertos y aeropuertos, y estudian protocolos más estrictos para el control de medicamentos opioides en hospitales y farmacias.
El fenómeno del fentanilo ha sido ampliamente documentado en Estados Unidos, donde zonas enteras han quedado devastadas por su consumo, que a menudo está ligado a la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a servicios médicos adecuados. Japón quiere evitar seguir ese camino. (RI/AG/IP/)
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