El ritmo inflacionario en los alimentos no da tregua en Japón. Según un análisis publicado por la consultora Teikoku Databank, el número de productos alimenticios con precios al alza alcanzará los 1.932 ítems en junio de 2025, triplicando la cifra registrada en el mismo mes del año anterior. Este incremento marca un nuevo hito en la tendencia ascendente de los precios de bienes de consumo en el país.
La subida media por producto se situó en un 14%, destacando especialmente los condimentos como curry en polvo y caldos, que lideraron el aumento con un total de 962 artículos. En la categoría de alimentos procesados, 755 productos, entre ellos fideos instantáneos, arroz empaquetado y algas nori, también registraron ajustes significativos.
El número acumulado de alimentos con precios elevados desde enero hasta octubre asciende ya a 16.224 ítems, superando en un 30% el total anual de 2024 (12.520 ítems). De mantenerse esta tendencia, se prevé que 2025 supere los 20.000 productos encarecidos por primera vez en dos años, aproximándose al récord de 25.768 ítems registrado en 2022.
Entre los factores que impulsan esta nueva fase inflacionaria destacan el encarecimiento de las materias primas, el aumento de los costes energéticos, la escasez de mano de obra y el alza en los costes logísticos. El 98% de las subidas se atribuyen a factores vinculados a insumos materiales, mientras que el impacto de los costes laborales (53,6%) y de energía (66,7% anual) ha alcanzado niveles récord desde que se tiene registro.
Uno de los elementos clave en este fenómeno ha sido el encarecimiento del arroz, utilizado como materia prima en numerosos productos alimenticios. Solo en junio, más de 100 artículos —alrededor del 6% del total— vieron incrementado su precio debido al alza del precio del arroz. Las dificultades en el suministro, atribuibles a fenómenos meteorológicos anómalos a nivel global y a la devaluación del yen, contribuyen a una presión sostenida sobre los costos de importación y producción.
Las categorías más afectadas a lo largo del año incluyen los condimentos (5.446 ítems), alimentos procesados como congelados y arroz empaquetado (3.813 ítems), y bebidas alcohólicas y no alcohólicas (3.485 ítems), donde el incremento del precio del arroz también ha repercutido en la producción de sake.
Frente a esta situación, los fabricantes se enfrentan al dilema de trasladar completamente los aumentos de costes a los precios o recurrir a reducciones en el tamaño de los productos como forma de ajuste encubierto. En paralelo, se observa un creciente cansancio entre los consumidores ante tantas subidas, lo que ha generado una mayor contención del gasto en productos básicos.
Las previsiones indican que, salvo un cambio de tendencia drástico, Japón podría cerrar el año con un volumen de subidas de precios en alimentos comparable al registrado durante el punto álgido de la inflación alimentaria en 2022, consolidando así un nuevo ciclo de presión sobre el consumo doméstico. (International Press)
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