
Evitar la ducha, saltarse comidas, no limpiar el hogar… son señales que pueden parecer inofensivas al principio, pero cuando estas conductas se vuelven crónicas y van acompañadas de aislamiento social y desinterés general por la vida diaria, podrían indicar un cuadro conocido como «self-neglect» (jiko honin), «autodescuido» o abandono personal severo.
Durante mucho tiempo, el jiko honin se ha relacionado a factores como la demencia u otras enfermedades mentales, el aislamiento social, las discapacidades físicas o la pobreza. Sin embargo, también puede estar asociado a cualquier otro motivo, incluida la muerte de un miembro de la familia o la separación del cónyuge, los conflictos domésticos, la enfermedad, el desempleo, una disminución de los ingresos, un traslado involuntario o el acoso por poder por parte de un superior.
La situación de todas estas personas es de cuidado. Un estudio realizado por la Universidad de Toho reveló que la mitad de los casos de autodescuido registrados en Japón entre personas de 20 a 64 años presentaban consecuencias graves para la salud física y mental, incluyendo rechazo a tratamientos médicos necesarios y riesgo para la vida.
¿QUÉ ES EL AUTODESCUIDO?
También conocido como “suicidio pasivo”, se trata de una situación en la que la persona deja de cuidar su higiene, su alimentación, su entorno o su salud médica, no por rebeldía o ideología, sino por un profundo agotamiento emocional, psíquico o motivacional.
Se manifiesta de varias formas:
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No bañarse o cambiarse de ropa.
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Comer mal o dejar de comer.
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Vivir entre basura o sin limpieza básica.
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Negarse a ir al médico o tomar medicación.
El doctor Yuichiro Kasuga, psiquiatra en la Clínica Kokoro de Fuchu, dijo a Mainichi que detrás de muchos casos hay trastornos mentales no diagnosticados como depresión, esquizofrenia, trastornos de la personalidad, autismo o alcoholismo. Pero destaca que el más común es la depresión, que convierte tareas cotidianas —como ducharse o calentar comida— en cargas imposibles de asumir.
¿QUIÉNES ESTÁN EN RIESGO?
Incluso quienes tienen una vida aparentemente normal —empleados, amas de casa, estudiantes— pueden ocultar este patrón de deterioro. En redes sociales japonesas ha surgido el término “furo-kyan” (gente que evita ducharse) como fenómeno creciente. Una encuesta reveló que casi el 10% de los encuestados ha pasado una semana entera sin bañarse.
Muchas veces, las personas conviven con familiares, pero no tienen contacto real con ellos: viven en «separación doméstica», no coinciden en horarios o están ausentes por motivos de trabajo o cuidados. Esto agrava el aislamiento y dificulta que otros noten el problema.
¿CÓMO SE DETECTA?
Los signos suelen aparecer primero en el cuerpo: problemas de piel, mal aliento, infecciones, pérdida de peso o fatiga crónica. También se pueden notar cambios emocionales: irritabilidad, apatía, evitación de relaciones o sensación constante de molestia ante tareas simples.
En casos extremos, el abandono puede conducir a la muerte por causas evitables, y se calcula que en el 80% de las muertes en soledad en Japón, hay rastros de abandono personal.
¿QUÉ HACER SI NOTO ESTOS SÍNTOMAS?
Se recomienda consultar con un profesional de salud mental si aparecen varios de estos puntos:
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Las tareas diarias se sienten imposibles.
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No se quiere ver ni hablar con nadie.
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Hay pérdida de apetito o peso.
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Persiste el mal estado físico o emocional sin causa clara.
Algunos casos pueden mejorar con medicación, especialmente si hay depresión o ansiedad. Pero otros requieren terapia psicológica profunda, ya que detrás del descuido puede haber traumas emocionales de la infancia, relaciones familiares conflictivas o patrones de pensamiento autodestructivos arraigados.
¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR?
La clave está en mantener una rutina diaria activa y cultivar hábitos positivos, incluso pequeños: caminar unos 10 minutos al día, trapear el piso y salir a botar la basura puede mejorar la rutina de vida. Es más fácil comenzar si haces preparativos como dejar a la vista tus zapatos y ropa para caminar y establecer una recompensa para ti como «comer un refrigerio cuando termines de limpiar».
Lo importante no es levantarse a las 7:00 de la mañana, sino hacer algo durante el día que le dé sentido a tu jornada.
El abandono personal no comienza de un día para otro. Pero cuando se instala, puede arrastrar la salud, la autoestima y la conexión con los demás. Detectarlo a tiempo puede hacer la diferencia entre recuperarse o caer más hondo. Es importante asegurarse de recargar la mente a lo largo de la vida diaria con al algo positivo y estar preparado para no ignorar ningún síntoma. (RI/AG/IP/)
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