
La automotriz japonesa Nissan anunció un plan para cerrar siete plantas de producción de vehículos en todo el mundo antes del año fiscal 2027, como parte de una reestructuración profunda para afrontar sus pérdidas históricas. En Japón, la medida incluye el cierre de dos instalaciones clave en la prefectura de Kanagawa: la planta de Oppama en Yokosuka y la planta Shonan, operada por su filial Nissan Shatai, en Hiratsuka.
Con esta decisión, Nissan se prepara para abandonar por completo la producción de automóviles en su prefectura fundacional, una acción sin precedentes desde su creación en 1933. La última vez que la compañía cerró una planta nacional de este nivel fue en 2001, con la clausura de su fábrica en Murayama (Tokio).
TAMBIÉN EN MÉXICO Y ARGENTINA
En el plano internacional, Nissan también planea el cierre de cinco plantas más en cuatro países: dos en México y una en Sudáfrica, India y Argentina. Estas decisiones forman parte de un proceso de ajuste que reducirá el número total de fábricas de ensamblaje (fuera de China) de 17 a 10.
Además de las plantas de vehículos completos, se está evaluando una posible reorganización de fábricas de autopartes.
OPPAMA, 64 AÑOS DESPUÉS
La planta de Oppama, inaugurada en 1961, es una de las más icónicas de Nissan y fue pionera en la producción masiva de vehículos eléctricos. Tiene capacidad para fabricar 240.000 unidades al año, en su mayoría del modelo Note, y emplea a unas 3.900 personas.
La planta Shonan, especializada en furgonetas comerciales, produce 150.000 unidades anuales y emplea a 1.200 trabajadores.
Sin embargo, ambas plantas han operado muy por debajo de su capacidad. En 2024, la producción nacional de Nissan fue de apenas 640.000 unidades, mientras que su capacidad instalada supera el 1,2 millones de vehículos. Las plantas de Oppama y Shonan solo alcanzaron un 40 % de utilización, muy por debajo del 70–80 % considerado rentable.
En su balance financiero presentado el 13 de mayo, Nissan registró una pérdida neta de 670,8 mil millones de yenes (unos 4.300 millones de dólares) para el ejercicio fiscal que finalizó en marzo de 2025. La empresa también anunció que recortará 20.000 empleos en todo el mundo y reducirá significativamente su capacidad productiva como medida para sanear sus finanzas.
El plan actual recuerda al “Revival Plan” de 1999, implementado bajo la dirección de Carlos Ghosn, pero esta nueva reestructuración es aún más drástica en escala.
Con esta reconfiguración, Nissan busca evitar un mayor deterioro de su rentabilidad, ajustando su estructura global de producción a la caída de la demanda, principalmente n EEUU y China, y a las nuevas exigencias del mercado automotriz. (RI/AG/IP/)
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