
La estatua budista Kannon Bosatsu Zazo (Bodhisattva Kannon sentado), un bien cultural tangible designado por la prefectura de Nagasaki, ha regresado finalmente a su lugar de origen en la isla de Tsushima, tras haber sido robada hace más de 12 años y llevada ilegalmente a Corea del Sur. La escultura, que pertenecía al templo Kannon-ji en la ciudad de Tsushima, llegó a Japón en las primeras horas de hoy lunes.
La pieza fue sustraída del templo en octubre de 2012 y, tras ser recuperada por las autoridades surcoreanas, quedó retenida durante años en medio de una disputa por su propiedad. El templo Buseok-sa, ubicado en Seosan, Corea del Sur, alegó que la estatua había sido saqueada por piratas japoneses hace siglos y, en 2016, presentó una demanda reclamando su restitución. El conflicto generó tensiones diplomáticas entre Japón y Corea del Sur.
No fue sino hasta 2023 que la Corte Suprema de Corea del Sur falló reconociendo la propiedad del templo japonés Kannon-ji sobre la estatua. Con esta decisión judicial firme, se concretó el proceso de devolución, que concluyó en enero de este año, aunque el traslado físico se retrasó hasta mayo.
La devolución se hizo efectiva el 10 de mayo en Corea del Sur. El exsacerdote principal de Kannon-ji, Setsuko Tanaka, de 78 años, estuvo presente durante la entrega, informó Kyodo. Desde allí, la estatua fue transportada esta madrugada por avión a la prefectura de Fukuoka, y luego por ferry hasta la ciudad de Tsushima. Tras la ceremonia religiosa que se realizará hoy, con la participación de fieles y vecinos, la estatua será trasladada al Museo de Tsushima por razones de seguridad y conservación. (RI/AG/IP/)
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