Japón encarga un estudio para el desarrollo de una «nave nodriza espacial»

Hasta ahora, pura ciencia ficción. Una nave nodriza espacial para reciclaje espacial construida por IA.

El Ministerio de Defensa, a través de su Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística (ATLA), ha generado un notable revuelo al anunciar una licitación para el estudio conceptual de una «Kochu Bokan» (nave nodriza espacial). La publicación, fechada el 17 de febrero y emitida por el recién creado Instituto de Ciencia y Tecnología de la Innovación para la Defensa, bajo el título «Requisitos de Solicitud de Contratistas para el Estudio Conceptual de Kochuki y Kochu Bokan», ha desatado una ola de especulaciones y comparaciones, informó Mainichi.

Los términos «Kochuki» (aeronave espacial) y «Kochu Bokan» (nodriza espacial) han capturado la atención pública, especialmente en un momento en que el gobierno japonés planea fortalecer las capacidades espaciales de la Fuerza Aérea de Autodefensa, renombrándola como «Fuerza de Autodefensa Aeroespacial» para el año fiscal 2027, aunque estos conceptos no habían surgido explícitamente en dicha planificación.


NUEVOS CONCEPTOS ESPACIALES

La aparición de estos términos en documentos oficiales ha resonado particularmente en internet. No solo evocan imágenes de la ciencia ficción, donde naves nodrizas espaciales son un elemento común, sino que la similitud del nombre «Kochu Bokan» con el término para portaaviones («Kubo») ha añadido una capa de interés y debate.

La posesión de portaaviones por parte de Japón ha sido un tema de larga discusión, intrínsecamente ligado a la interpretación del Artículo 9 de su Constitución, que renuncia a la guerra. Tradicionalmente, el gobierno japonés ha mantenido que la posesión de armamento ofensivo, como los «portaaviones de ataque», contraviene su política de defensa exclusivamente defensiva.


Curiosamente, el gobierno no ha emitido una postura definitiva sobre los portaaviones convencionales. El destructor de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, clase Izumo, es clasificado como un «destructor portahelicópteros» (DDH, por sus siglas en inglés). Aunque inicialmente solo operaba helicópteros, ha sido modificado para permitir la operación de aeronaves de ala fija.

 

Otra versión de una plataforma nodriza espacial hecha en IA.

DE PORTAHELICÓPTEROS A NODRIZA


En otoño de 2024, el destructor «Kaga», gemelo del «Izumo», fue escenario de pruebas de despegue y aterrizaje de cazas F-35B pertenecientes a las fuerzas estadounidenses. El objetivo final es la operación de aeronaves propias de la Fuerza de Autodefensa. A pesar de estas modificaciones, ambos buques mantienen su designación original de DDH, evitando ser catalogados como portaaviones.

¿Qué implica exactamente la nave que Japón quiere desarrollar? Según fuentes del Ministerio de Defensa, la imagen que se baraja se asemeja a una plataforma espacial capaz de desplegar drones no tripulados en el espacio.


Es crucial destacar que Japón no cuenta con un historial de lanzamiento de naves espaciales tripuladas. La licitación actual se centra en el estudio de conceptos que involucran satélites, sin contemplar la presencia humana a bordo «por el momento».

INVESTIGACIÓN DE VANGUARDIA

El Instituto de Ciencia y Tecnología de la Innovación para la Defensa, responsable de la licitación, es una entidad de reciente creación cuyo objetivo es generar tecnologías innovadoras con aplicaciones tanto en el ámbito de la defensa como en el sector civil. Esta investigación sobre la «nave nodriza espacial» se enmarca dentro de sus «investigaciones de vanguardia».

Un aspecto distintivo del instituto es la contratación de gerentes provenientes del sector privado para fomentar la libre generación de ideas. Estos profesionales lideran proyectos y aportan su experiencia para el desarrollo de nuevas tecnologías.

La aplicación principal que se vislumbra para la «nave nodriza espacial» es el control de la basura espacial. La acumulación de restos de satélites y otros objetos en la órbita terrestre representa un riesgo significativo para los satélites operativos.

La tecnología que se busca desarrollar se caracteriza por la capacidad de maniobrar libremente en el espacio, a diferencia de los satélites convencionales que operan en órbitas fijas. Tras la eliminación de desechos espaciales, los drones encargados de este trabajo regresarían a la nave nodriza para nuevas misiones.

UN DESAFÍO TECNOLÓGICO

Sin embargo, la materialización de esta visión requiere superar numerosos desafíos tecnológicos. Se necesitan sistemas de control para evitar colisiones, mecanismos para la orientación y propulsión de la nave nodriza y las aeronaves, fuentes de energía eficientes y sistemas para el lanzamiento y acoplamiento de las aeronaves a la nodriza.

El Ministerio de Defensa considera que esta investigación tiene implicaciones directas para la seguridad espacial. La capacidad de eliminar desechos espaciales podría también tener aplicaciones defensivas, protegiendo los satélites japoneses de posibles «satélites asesinos» u otras armas antisatélite. No obstante, el responsable del proyecto aclara que en este momento no se está considerando la equipación militar. La licitación es el ‘punto de partida’ de la investigación para comprender hasta dónde es posible llegar, incluyendo su viabilidad. (RI/AG/IP/)


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