
Ante las recientes medidas arancelarias impulsadas por el gobierno de Donald Trump, el gobierno japonés y representantes del sector privado discutieron ayer en la reunión del Consejo de Política Económica y Fiscal, cómo responder a este nuevo escenario económico internacional. El Nikkei informó que la propuesta principal giró en torno a la necesidad de construir una economía más resistente, centrada en la demanda interna.
Durante la reunión, los miembros civiles del consejo, que incluyen economistas y líderes empresariales, insistieron en que Japón debe fortalecer su base económica interna para poder resistir choques externos como los aranceles estadounidenses. Señalaron que el impacto de estas medidas podría extenderse más allá de la industria automotriz —principal afectada— y alcanzar a otros sectores clave de la economía nacional.
El enfoque sugerido se centra en consolidar una economía liderada por la demanda interna. Para ello, recalcaron la necesidad de políticas que promuevan el aumento sostenido de salarios, incentiven el consumo local y fomenten el desarrollo regional, especialmente en las zonas fuera de los grandes centros urbanos.
PREOCUPACIÓN POR LA ESTABILIDAD FUSCAL
Además de abordar el impacto de los aranceles, la reunión sirvió para debatir el estado de las finanzas públicas. El gobierno japonés había establecido como meta alcanzar el superávit primario —es decir, cubrir los gastos del Estado sin recurrir a nueva deuda— en el año fiscal 2025. Sin embargo, esa meta se considera cada vez más difícil de cumplir.
Frente a este contexto, algunos consejeros propusieron definir cuanto antes un nuevo objetivo de consolidación fiscal. No obstante, también recomendaron que cualquier estrategia futura sea lo suficientemente flexible como para responder a cambios económicos a corto plazo, como los generados por políticas proteccionistas en el ámbito internacional.
EL LLAMADO DEL PRIMER MINISTRO
El primer ministro Shigeru Ishiba destacó la importancia de mantener una dirección económica y fiscal clara y consistente. Según sus declaraciones, brindar señales firmes al mercado es esencial para conservar la confianza en la economía japonesa, especialmente en un momento en que las tensiones comerciales globales aumentan la incertidumbre.
En resumen, Japón se encuentra en una encrucijada en la que debe equilibrar sus compromisos fiscales con la necesidad de proteger su economía de las consecuencias de un entorno internacional cada vez más hostil. La búsqueda de un crecimiento sostenido basado en la demanda interna aparece como una de las estrategias clave para enfrentar este desafío. (RI/AG/IP/)
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