
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) ha señalado que la ausencia de asistencia militar por parte de Estados Unidos a Ucrania ha permitido a Rusia intensificar sus ataques en el campo de batalla y aumentar la potencia de sus ofensivas combinadas con drones y misiles. Esto tiene como objetivo desgastar la defensa antiaérea ucraniana y adaptarse a las innovaciones en guerra electrónica (EW).
Durante la noche del 6 al 7 de marzo, las fuerzas rusas llevaron a cabo uno de los mayores ataques con misiles y drones en la historia del conflicto en Ucrania. Este ataque se convirtió en el mayor asalto combinado desde noviembre de 2024. Según el ISW, Rusia ha incrementado la cantidad de drones «Shahed» y drones señuelo en cada ofensiva desde el otoño de 2024, probablemente en respuesta a las innovaciones ucranianas en guerra electrónica.
El informe del ISW destaca que Rusia ha utilizado el aumento en la producción de drones «Shahed» para incrementar la cantidad total de UAVs empleados en sus ataques. En enero de 2025, las fuerzas rusas lanzaban un promedio de 83,4 drones por grupo de ataque. Esta cifra aumentó a 139,3 en febrero de 2025 y se situó en 128,8 entre el 1 y el 7 de marzo de 2025.
INTENSIFICA EL USO DE MISILES Y DRONES
Durante enero, febrero y marzo de 2025, las fuerzas rusas solo incluyeron misiles de manera esporádica en sus ofensivas. Sin embargo, el ataque del 6 al 7 de marzo se distinguió por el lanzamiento de 67 misiles, la mayor cantidad utilizada en un solo ataque durante el año.
Los expertos señalan que Rusia probablemente incrementó el uso de misiles balísticos Iskander-M/KN-23 y misiles de crucero Kh-101/Kh-55 en este ataque con la intención de causar el máximo daño a objetivos estratégicos en Ucrania. Además, el uso masivo de drones «Shahed», drones señuelo y misiles de crucero Kalibr buscaba detectar y neutralizar los sistemas de defensa aérea ucranianos, incluyendo las unidades móviles de respuesta rápida.
El ISW advierte que Rusia está aprovechando la suspensión de la asistencia militar y del intercambio de inteligencia por parte de EEUU para intensificar su campaña de ataques a larga distancia y agotar el arsenal de misiles antiaéreos ucranianos.
CONSECUENCIAS PARA UCRANIA
El informe subraya que la inteligencia estadounidense ha sido clave en la red de alerta temprana de Ucrania contra los ataques rusos. La interrupción de este apoyo podría afectar la capacidad de Ucrania para responder rápidamente a las tácticas de adaptación de Rusia.
El ISW destaca que Rusia también busca forzar a Ucrania a agotar rápidamente sus interceptores Patriot, los cuales son fundamentales para defenderse de los misiles balísticos rusos. En ausencia de nuevos suministros, Ucrania deberá ser más selectiva en el uso de sus interceptores, lo que podría dejar vulnerables a infraestructuras críticas como la red eléctrica del país, afectando tanto al sector militar como al civil.
AUMENTO DE LAS OPERACIONES OFENSIVAS
En las últimas semanas, Rusia ha incrementado sus ofensivas en Kupiansk, Chasiv Yar, Toretsk y Velyka Novosilka. También ha continuado los intentos de expulsar a las fuerzas ucranianas de la región de Kursk y ha lanzado nuevas ofensivas para capturar Pokrovsk en la provincia de Donetsk.
El ISW recuerda que en la primavera de 2024, Rusia ya utilizó la escasez de suministros ucranianos, provocada por retrasos en la ayuda de EEUU, para lograr avances significativos en Donetsk y lanzar una ofensiva en el norte de la región de Járkov. Según los analistas, el Kremlin planea explotar nuevamente la falta de suministros militares ucranianos para obtener más ventajas si la suspensión del apoyo estadounidense se prolonga. (RI/AG/IP/)
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