Los huevos y los plátanos, dos de los alimentos más accesibles en Japón, han experimentado un fuerte aumento de precios en los últimos años. La creciente disposición de las empresas a trasladar los costos a los consumidores ha acelerado esta tendencia.
El índice de precios al consumidor (IPC) de los huevos en Japón aumentó un 23,6% entre 2022 y 2024. Una marca popular de huevos, que costaba 199 yenes hace cinco años, ahora se vende a 278 yenes (1,90 dólares) por una docena, según datos de Nikkei POS.
El aumento en los costos de producción ha sido un factor clave. Según entrevistas con productores, distribuidores y minoristas, en 2024 costaba un 30% más que en 2022 colocar un huevo en los estantes de las tiendas, debido principalmente a la subida en los precios del maíz utilizado como alimento para las gallinas.
Los plátanos también han seguido una tendencia similar. Su IPC subió un 27,3% en el mismo período, superando el aumento del 14,7% en el precio de otros 44 productos básicos que los hogares japoneses compran con frecuencia.
«CHEAPFLATION», UN FENÓMENO GLOBAL
Japón experimentó un incremento del 4% en su IPC general, incluyendo alimentos frescos, en enero de 2025. Este es el mayor ritmo de aumento en dos años. Un fenómeno conocido como «cheapflation», en el que los productos de menor precio suben más rápidamente que los más costosos, se ha convertido en un tema recurrente en la economía global.
Las cadenas de restaurantes también han ajustado sus precios. Ohsho Food Service, empresa propietaria de la popular franquicia Gyoza no Ohsho, elevó los precios de varios platos clave el 14 de febrero, marcando su quinto incremento en tres años. Sin embargo, la empresa sigue reportando un crecimiento en el tráfico de clientes y aumentos en ventas y beneficios operativos en el período de abril a diciembre.
FACTORES INTERNOS DE LA INFLACIÓN
Si bien el alza de precios en bienes importados como materias primas y energía ha sido un factor importante, la inflación actual en Japón no se explica solo por causas externas.
El deflactor del producto interno bruto (PIB), que mide la variación de precios en bienes y servicios producidos dentro del país, aumentó un 2,8% interanual en el último trimestre de 2024, señalando una creciente presión inflacionaria interna. La escasez de mano de obra también ha impulsado los costos de trabajo y logística.
Durante la deflación, las empresas japonesas reducían costos para mantener los precios bajos, incluso cuando subían los precios de materias primas. Ahora, con la inflación afianzada, las compañías trasladan los aumentos de costos a los consumidores, lo que podría desencadenar un incremento en los salarios y fortalecer la economía en el largo plazo. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
