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La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado que el asteroide 2024YR4, descubierto en diciembre del año pasado, tiene una probabilidad del 2 % de impactar contra la Tierra en diciembre de 2032. Aunque la posibilidad de colisión es baja y se espera que nuevos estudios reduzcan aún más esta cifra, tanto la ESA como la NASA han intensificado su monitoreo para precisar su trayectoria y evaluar posibles riesgos.
El asteroide 2024YR4 tiene un diámetro estimado de entre 40 y 90 metros y se prevé que pase cerca de la Tierra el 22 de diciembre de 2032. La ESA ha añadido este cuerpo celeste a su lista de objetos cercanos a la Tierra con riesgo potencial de impacto, la cual ya contiene alrededor de 1.700 asteroides.
Los astrónomos planean realizar observaciones más detalladas en los próximos meses para refinar los cálculos sobre su órbita y determinar si existe una posibilidad real de impacto. Según la ESA, es probable que nuevas mediciones reduzcan significativamente la probabilidad de colisión, acercándola a cero.
ESTRATEGIAS DE DEFENSA
Si bien el riesgo de impacto sigue siendo bajo, la comunidad científica toma con seriedad cualquier posibilidad de colisión con asteroides. En 2013, un meteorito de aproximadamente 17 metros de diámetro explotó en la atmósfera sobre la ciudad rusa de Cheliábinsk, generando una onda expansiva que causó daños en edificios y dejó alrededor de 1.500 personas heridas.
Con el objetivo de mitigar amenazas futuras, diversas agencias espaciales han desarrollado estrategias para desviar asteroides. En 2022, la NASA llevó a cabo la exitosa misión DART, en la que una nave impactó deliberadamente contra el asteroide Dimorphos, alterando su trayectoria. Este experimento demostró la viabilidad de modificar la órbita de un objeto celeste mediante impacto cinético, lo que podría ser clave en caso de una amenaza real.
Los científicos continuarán recopilando datos sobre el asteroide 2024YR4 a medida que se acerca a la Tierra. La ESA y la NASA han enfatizado que la probabilidad de impacto aún es baja y que la vigilancia es fundamental para evaluar cualquier cambio en su trayectoria.
«Con más observaciones, esperamos reducir la probabilidad de impacto a niveles insignificantes», declaró un portavoz de la ESA. (RI/AG/IP/)
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