El Ministerio de Educación de Japón ha propuesto reducir la duración de las clases en las escuelas primarias y secundarias como parte de una revisión de las directrices curriculares nacionales, conocidas como gakushu shidu yuryu. El plan contempla que las clases en primaria pasen de 45 a 40 minutos y, en secundaria, de 50 a 45 minutos. La medida busca aliviar la carga de trabajo de los docentes y permitir un uso más flexible del tiempo en beneficio de los estudiantes.
La propuesta fue presentada a la Comisión Central de Educación, que se espera emita sus conclusiones en el año fiscal 2026. De implementarse, los cambios entrarían en vigor de manera gradual a partir del curso escolar 2030.
Reducir las clases en primaria generaría un total de 127 horas anuales adicionales para actividades que se ajusten a las necesidades e intereses de los alumnos. El objetivo es fomentar un aprendizaje más inclusivo y adaptable, permitiendo a las escuelas y consejos educativos diseñar currículos más flexibles.
Entre las propuestas destaca la posibilidad de ampliar los límites de los contenidos por nivel escolar. Por ejemplo, conceptos como las tablas de multiplicar, que actualmente se enseñan en segundo de primaria, podrían reforzarse en tercer curso para facilitar la comprensión de los estudiantes.
Además, se pretende reforzar la enseñanza de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, y desarrollar habilidades críticas en el manejo de la información, como la identificación de noticias falsas y la comprensión de fenómenos como las “burbujas de filtro” en redes sociales.
LA PROPUESTA GENERA CRÍTICAS
El diario Mainichi dijo que a pesar de las ventajas aparentes, el recorte de la duración de las clases ha suscitado críticas. Algunos expertos temen que esta medida aumente la presión sobre los docentes para cubrir los mismos contenidos en menos tiempo, lo que podría comprometer la calidad de la enseñanza. También existe el riesgo de que los estudiantes no logren adquirir conocimientos fundamentales de manera adecuada.
El Ministerio ha asegurado que no se incrementará el número total de horas lectivas anuales y que se revisará el contenido de los libros de texto para evitar una sobrecarga. Además, se planean medidas adicionales para abordar la escasez de docentes, como facilitar la obtención de licencias para profesionales que deseen cambiar de carrera y mejorar los métodos de certificación docente. (RI/AG/IP/)
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