Muerte tras un examen médico en Tokio desata críticas por negligencia y falta de transparencia
Una mujer de 72 años falleció en febrero de 2021, dos días después de someterse a una prueba endoscópica en el Hospital Universitario Juntendo, en el distrito de Bunkyo, Tokio. Un informe de un organismo independiente señaló que la muerte podría haberse debido a una lesión en el conducto biliar durante el procedimiento, el cual, además, ha sido calificado como «una prueba difícil de considerarse apropiada».
Según los familiares, la paciente, que padecía hepatitis crónica y estaba bajo tratamiento farmacológico, fue referida al hospital por un especialista en diciembre de 2020 tras detectarse alteraciones hepáticas en un análisis de sangre.
A mediados de febrero de 2021, ingresó para realizarse una «colangiopancreatografía retrógrada endoscópica» (CPRE), una prueba que permite examinar los conductos biliares y pancreáticos. Aunque no se detectaron anomalías, el médico decidió realizar también una colangioscopia utilizando un balón para dilatar el conducto biliar y examinarlo más de cerca.
Dos días después del procedimiento, la mujer murió debido a una pancreatitis aguda severa, según el certificado de defunción.
El hospital informó a los familiares en noviembre de 2021 que «no se encontraron problemas en la prueba», pero un informe independiente elaborado por el Centro de Investigación y Apoyo en Accidentes Médicos (Iryo jiko chosa shien senta / 医療事故調査・支援センター), basado en la normativa nacional de investigación de accidentes sanitarios, concluyó en julio de este año que la lesión en el conducto biliar pudo haber sido causada durante el examen. Además, el informe cuestiona la necesidad de realizar la colangioscopia, ya que la CPRE no mostró anomalías.
El documento también criticó la falta de información previa proporcionada a la paciente sobre los riesgos del procedimiento adicional, así como las decisiones tomadas en el manejo del dolor que presentó tras la prueba.
En diciembre de 2022, los familiares de la mujer interpusieron una demanda por daños y perjuicios de 220 millones de yenes (unos 1,4 millones de dólares) contra el hospital y el médico responsable, argumentando que la prueba fue innecesaria y que condujo a su muerte. El hospital, por su parte, niega las acusaciones y ha solicitado que el caso sea desestimado.
La Ley de Reforma Médica de 2015 introdujo un sistema para investigar las muertes inesperadas ocurridas durante procedimientos médicos, con el objetivo de determinar sus causas y prevenir futuros incidentes. Este sistema no busca atribuir responsabilidades penales, sino promover mejoras en la seguridad sanitaria.
Desde su implementación en octubre de 2015 hasta noviembre de este año, se han reportado 3.230 accidentes médicos, pero solo en 269 casos se ha solicitado una investigación independiente al Centro de Investigación y Apoyo en Accidentes Médicos. La decisión de reportar un accidente como tal recae en cada institución médica, lo que genera dudas sobre la posibilidad de que la cifra real de incidentes sea considerablemente mayor. (RI/AG/IP/)
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