Representantes del gobierno japonés realizaron hoy una inspección en la Base Aérea de Yokota, ubicada en Fussa, Tokio, debido a la sospecha de una fuga de compuestos orgánicos de flúor (PFAS). El Ministerio de Defensa, el Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores y autoridades locales inspeccionaron el área de entrenamiento de bomberos, donde se cree que los compuestos podrían haberse filtrado.
El incidente fue reportado por las fuerzas armadas de EE. UU. en octubre, tras fuertes lluvias en agosto. En noviembre, los municipios cercanos a la base solicitaron al gobierno japonés una inspección, debido a la preocupación por los posibles efectos del PFAS en el medio ambiente y la salud pública.
Según informes del gobierno de Tokio, el 30 de agosto, alrededor de 50.000 litros de agua contaminada con PFAS y otros químicos se filtraron desde el área de entrenamiento de bomberos de la base hacia el exterior, lo que representa la primera fuga registrada fuera de los límites de la base. Este suceso ha generado alarma en las autoridades locales, especialmente tras los resultados de un estudio sobre el agua subterránea en la ciudad de Tokio, que detectó niveles de PFAS superiores a los límites establecidos por las autoridades japonesas.
El PFAS, conocido por sus riesgos para la salud, como el cáncer, ya no se utiliza en las bases militares estadounidenses en Japón. Sin embargo, la contaminación residual sigue siendo una causa de alarma para las autoridades y la población local.
El ministro de Defensa, Nobuo Kishi, destacó que se tomarán medidas para mejorar las políticas medioambientales en las instalaciones de EEUU en Japón. Además, aseguró que el gobierno japonés continuará colaborando estrechamente con las autoridades estadounidenses para abordar el problema y mitigar los riesgos para la salud y el medio ambiente. (International Press)
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