El gobierno japonés comenzará este jueves 19 de diciembre la reducción escalonada de los subsidios a la gasolina, lo que provocará un aumento en los precios del combustible a nivel nacional. Esta decisión, orientada a reducir el gasto público, amenaza con aumentar la carga económica tanto para los hogares como para las empresas en todo el país.
El gobierno reducirá el porcentaje de subsidio aplicado a la diferencia entre el precio base de la gasolina (168 yenes por litro) y el precio activador del subsidio (185 yenes). Actualmente, el subsidio cubre el 60% de esa brecha, pero a partir de mañana, se recortará al 30%. Para el 16 de enero de 2025, se planea eliminar completamente este apoyo, excepto en los casos en que el precio supere los 185 yenes por litro, donde se implementará una política de ajuste gradual.
El aumento progresivo en los precios del combustible está comenzando a afectar tanto a conductores particulares como a pequeños negocios que dependen de los vehículos para sus operaciones diarias, como es el caso de los negocios de venta móvil.
Hoy, en las gasolineras, se observaron largas colas de automovilistas intentando llenar el depósito antes del aumento previsto. “Escuché que los precios subirían a partir de mañana, así que vine a repostar ahora. Quiero ahorrar lo que pueda antes de los desplazamientos de fin de año”, comentó a la TV local un cliente septuagenario en una estación de servicio.
AFECTARÁ LA ECONOMÍA LOCAL DESDE ESTA SEMANA
El impacto más severo se siente en las zonas rurales, donde la infraestructura de transporte público es limitada. La prefectura de Gunma, por ejemplo, tiene la mayor tasa de vehículos por habitante del país, lo que refleja la dependencia de sus residentes de los coches para cubrir sus necesidades diarias.
Los negocios de venta móvil, que llevan alimentos y otros productos esenciales a comunidades de difícil acceso, han señalado que el aumento del combustible es una amenaza directa para la sostenibilidad de sus operaciones.
Los principales clientes de estas ventas móviles son personas mayores, muchas de las cuales superan los 80 años y carecen de medios para desplazarse a supermercados.
Un comerciante propietario de uno de estos «camioncitos-tienda» dijo que comenzó su negocio hace ocho años, y desde entonces los costos del combustible han aumentado en casi 2.000 yenes al mes, alcanzando los 10.000 yenes. Además, los gastos asociados, como seguros y mantenimiento vehicular, apenas permiten cubrir los costos de operación, dejando fuera cualquier margen para pagar salarios.
Actualmente, el precio promedio de la gasolina en Japón ronda los 175 yenes por litro gracias a los subsidios gubernamentales. Sin embargo, con la reducción escalonada que comienza este jueves, los expertos estiman que el precio podría alcanzar los 185 yenes por litro en febrero de 2025. Este aumento coincide con una temporada de mayor demanda por los desplazamientos de fin de año, lo que añade presión a las economías familiares y comunitarias. (RI/AG/IP/)
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