El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Unión Europea (UE) han alcanzado un acuerdo final para la firma de un tratado de libre comercio (TLC) que, de ratificarse, creará un gigantesco bloque económico y comercial con más de 700 millones de habitantes y un producto interior bruto combinado de 22.000 millones de dólares. La reunión tuvo lugar el pasado 6 de diciembre en Montevideo, la capital de Uruguay, con la participación de líderes de ambas regiones.
Este histórico acuerdo, que lleva en negociación desde 1999, busca contrarrestar las tendencias proteccionistas que han resurgido en el escenario global, especialmente ante la posible vuelta al poder en Estados Unidos de figuras como Donald Trump, defensor de políticas arancelarias restrictivas.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, subrayó en una rueda de prensa: «Nos enfrentamos a fuertes vientos que nos empujan hacia el aislamiento y la fragmentación. Este acuerdo es nuestra respuesta clara: el libre comercio es esencial para el futuro».
El MERCOSUR, integrado actualmente por países como Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, ya ha manifestado su apoyo unánime al acuerdo, según reportes de medios locales. Sin embargo, dentro de la UE persisten divisiones significativas. Francia, junto con otros países europeos, ha expresado su preocupación por el impacto que la apertura comercial podría tener en sus sectores agrícolas.
Por su parte, organizaciones ambientalistas han alzado la voz en contra del pacto, argumentando que la expansión de las exportaciones agrícolas desde Sudamérica podría intensificar la deforestación de la selva amazónica. Estas críticas reflejan los retos que aún enfrenta el acuerdo para su ratificación final. (RI/AG/IP/)
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