En los últimos 20 años, 635 niños han muerto en Japón a causa del fenómeno conocido como «asesinato-suicidio» (muri-shinju 無理心中), una tragedia en la que los padres, generalmente en situaciones de desesperación extrema, intentan suicidarse mientras asesinan a sus hijos. Este tipo de incidente, considerado abuso infantil, representa alrededor del 40% de las muertes por maltrato infantil en ese mismo período, en el que se registraron un total de 1.655 víctimas, según datos de la Agencia de Bienestar Infantil.
La investigación, que comenzó en el año fiscal 2004, muestra que la mayoría de las víctimas son niños menores de 5 años, siendo el grupo de 0 años el más afectado con 77 muertes. Le siguen los niños de 5 años, con 53 muertes, y de 6 y 9 años, con 50 cada uno. La distribución de los responsables revela que en un 68% de los casos la madre fue la principal autora del crimen, mientras que en el 19% de los incidentes, el padre biológico estuvo involucrado. En algunos casos, ambos padres participaron en el asesinato, así lo informó el diario Asahi.
En cuanto a los factores psicológicos y emocionales que afectan a los padres en estos casos, la investigación detalla que las madres que cometen «muri-shinju» suelen sufrir de ansiedad por la crianza (25%), trastornos mentales (24%) y depresión (24%). Los padres, por su parte, presentan problemas de impulsividad, dificultades para controlar la ira, y en muchos casos, violencia doméstica.
Especialistas en bienestar infantil, como Fumihiko Kawasaki, director del Centro de Capacitación sobre Bienestar Infantil y Familiar en Yokohama, señalan que el «muri-shinju» debe considerarse como un claro ejemplo de abuso infantil, en el que la intención de matar al hijo es evidente. A pesar de esto, estos casos reciben menos atención en comparación con otras formas de maltrato infantil, como el abuso físico o la negligencia. Esto refleja la necesidad de una mayor conciencia social y de una respuesta más efectiva por parte de las autoridades y gobiernos locales para prevenir nuevas tragedias.
Desde el ámbito de la salud mental, Masashi Takeshima, exdirector del Centro de Prevención de Suicidios, enfatiza que, además de reforzar las políticas de prevención del suicidio, es necesario llevar a cabo un análisis más detallado de cada caso para implementar estrategias preventivas más eficaces. La solución a este problema no radica solo en condenar a los padres, sino en entender las circunstancias que conducen a estas tragedias y en proporcionar el apoyo adecuado para evitar futuras muertes. (International Press)
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