La economía japonesa mostró señales de debilidad en septiembre, según el último informe de la Oficina del Gabinete, que presentó el índice de percepción económica «Watchers» (conocido como la «confianza del consumidor»). El índice de evaluación actual, que refleja la situación económica según los testimonios de la gente de a pie, descendió 1,2 puntos respecto a agosto, situándose en 47,8. Este descenso rompe una tendencia de cuatro meses de mejoras, debido principalmente a la caída en el consumo de los hogares.
El informe destaca que, a pesar de esta leve desaceleración, la evaluación general de la economía sigue siendo la de una «recuperación moderada», un juicio que el gobierno ha mantenido por dos meses consecutivos.
Uno de los principales factores detrás de esta caída fue la disminución del gasto de los hogares. En agosto, las ventas de productos relacionados con la prevención de desastres, como alimentos de reserva y suministros de emergencia, habían impulsado las cifras debido a la alerta emitida por el riesgo de un terremoto en la región de Nankai. Sin embargo, en septiembre, se observó un efecto contrario, con una reducción en la demanda de estos productos.
Desde un supermercado en la región de Kansai informaron que las compras disminuyeron tras el auge de agosto, y que el número de artículos vendidos tampoco creció como se esperaba. En el norte del país, una tienda especializada en ropa mencionó que las altas temperaturas han retrasado las ventas de ropa de otoño, lo que se suma al creciente enfoque de los consumidores en el ahorro, impulsado por el aumento de los precios.
Por otro lado, los sectores relacionados con las empresas y el empleo mostraron signos de recuperación, con aumentos de 0,9 y 0,1 puntos respectivamente en sus indicadores.
El índice de evaluación futura, que mide las expectativas económicas para los próximos dos o tres meses, también cayó 0,6 puntos, situándose en 49,7. El aumento de los precios del arroz, que ha experimentado un alza de entre un 30 % y 40 %, ha sido un tema recurrente entre los comerciantes. Uno de ellos, en la región de Tokai, expresó su preocupación, afirmando que «cuando el alimento básico aumenta tanto de precio, los consumidores se vuelven aún más cautelosos con sus gastos». (RI/AG/IP/)