El nuevo líder del gobierno japonés, Shigeru Ishiba, ha dejado clara su intención de continuar con la estrategia de crecimiento establecida por la administración anterior. En su primera conferencia de prensa, Ishiba subrayó que su prioridad será gestionar la economía con un enfoque en la erradicación de la deflación. Aunque enfatizó la necesidad de mantener las políticas económicas previas para evitar cualquier inestabilidad en los mercados, su gobierno también busca respuestas efectivas para contrarrestar el alza de precios y promover el aumento salarial.
Ishiba destacó que su objetivo inmediato es desarrollar medidas que alivien a aquellos más afectados por el aumento del coste de la vida. Entre estas medidas, se contempla la asistencia económica directa a los hogares de bajos ingresos. Sin embargo, existe una preocupación creciente sobre cómo equilibrar el gasto público con la disciplina fiscal, especialmente cuando los subsidios a la electricidad, el gas y los combustibles se encuentran bajo revisión.
Uno de los puntos clave en la agenda del nuevo primer ministro es el incremento del salario mínimo. Ishiba ha prometido elevar el promedio nacional a 1500 yenes por hora antes de que termine la década de 2020. Este aumento busca fomentar el consumo interno, considerado un pilar fundamental para la estabilidad de la economía japonesa.
El sector empresarial ha recibido con alivio la continuidad de las políticas económicas heredadas del gobierno anterior. Figuras como Ken Kobayashi, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Japón, han expresado confianza en la estabilidad que este enfoque representa. De manera similar, la organización Keizai Doyukai, que agrupa a los principales líderes empresariales, ha apoyado el énfasis del nuevo gobierno en el incremento salarial.
UN SECTOR DESCONFÍA DE ISHIBA
No obstante, persisten preocupaciones en ciertos sectores. Durante su campaña, Ishiba mencionó su intención de fortalecer los impuestos sobre los ingresos financieros de los ricos y aumentar tanto el impuesto sobre la renta como el impuesto de sociedades. Esta postura ha generado incertidumbre en los mercados, que reaccionaron con una caída en la bolsa tras el anuncio de su victoria.
Para calmar estos temores, Ishiba ha reafirmado su compromiso de convertir a Japón en un país líder en gestión de activos, fomentando una transición más fluida de los ahorros hacia la inversión. Por su parte, Ryo Akazawa, designado como ministro encargado de la reactivación económica, ha instado a que el Banco de Japón actúe con cautela en cuanto a futuras subidas de tipos de interés.
Sin embargo, la falta de una propuesta económica claramente diferenciada del gobierno de Ishiba sigue generando dudas. El economista jefe de Dai-ichi Life Research Institute, Takuya Hoshino, advirtió que seguir simplemente el rumbo del gobierno anterior no aportará innovaciones. En su opinión, es necesario priorizar políticas que impulsen el crecimiento, incluyendo iniciativas para repatriar la industria a territorio japonés. (RI/NI/International Press)