El Municipio de Koriyama, en Fukushima, ha confirmado un brote de tuberculosis en una residencia de ancianos, afectando a 34 personas. Según las autoridades sanitarias, el brote fue detectado después de que el 7 de agosto dos personas del centro, un hombre y una mujer de 60 años, fueron diagnosticados con la enfermedad.
Tras las pruebas realizadas a 52 personas, incluidos familiares y empleados de la residencia, se identificaron 32 nuevos casos. En 2011, la ciudad de Koriyama también registró un caso de contagio masivo de tuberculosis.
Además, se informó que el 13 de septiembre, un empleado de 60 años de un hospital local también fue diagnosticado con la enfermedad. Este caso llevó a las autoridades a chequear a más de 2.700 personas que tuvieron contacto con el trabajador. Se realizarán exámenes y charlas informativas a partir del 5 de octubre para prevenir una mayor propagación.
Las autoridades han subrayado que no existe relación entre el brote en la residencia para ancianos y el caso del hospital. Se ha enfatizado además que la tuberculosis, aunque es una enfermedad infecciosa, no afecta a la mayoría de las personas que han sido expuestas, siempre y cuando mantengan un sistema inmunológico fuerte. Aproximadamente el 80% de las personas infectadas no desarrollan síntomas.
Los especialistas han destacado la importancia de acudir a un médico si síntomas como tos, fiebre o fatiga persisten por más de dos semanas. A menudo, los ancianos no muestran síntomas claros, lo que dificulta su detección, especialmente en centros de atención a mayores. La prevención se basa en mantener una dieta equilibrada y un buen descanso para fortalecer el sistema inmunológico.
El doctor Seiya Kato, del Instituto de Investigación de la Tuberculosis, explica que la principal diferencia entre la tuberculosis y un resfriado común es la duración de los síntomas. Mientras que el resfriado suele remitir en poco tiempo, la tuberculosis es una infección crónica cuyos síntomas pueden prolongarse durante semanas. En casos más graves, puede causar dificultades para respirar y la aparición de esputo sanguinolento.
Kato también advierte que, en los ancianos, los síntomas de la tuberculosis pueden ser menos evidentes, lo que contribuye a los brotes en residencias de mayores. Para evitar que el miedo se extienda, el especialista subraya la importancia de mantener hábitos básicos de higiene, como el lavado de manos y el uso de mascarillas, para prevenir contagios.
Por último, Kato recuerda que una buena salud inmunológica es clave para protegerse de la tuberculosis, instando a la población a no temer innecesariamente y a seguir las recomendaciones médicas si los síntomas persisten. (RI/AG/IP/)
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